La receta de hoy es exquisita, saludable, nutritiva y vegetariana. ¿A quién no le gusta la pizza y además casera?
La pizza de verduras está repleta de proteínas y vitaminas, y además es un plato riquísimo para quienes desean comer bien a base de verduras.
Para la elaboración de esta receta vamos a necesitar los siguientes ingredientes:
- 250 – 300 gr de masa de pizza (comprada o elaboración propia)
- 100 gr de tomate ecológico de Hida
- ½ berenjena
- ½ calabacín
- ½ pimiento rojo o verde
- 1 cebolla pequeña
- 100 gr de queso curado (ej. Parmesano)
- 150 gr de queso mozzarella
- Sal y pimiento recién molida (al gusto)
- 1 cucharita de orégano
- 1 cucharita de aceite de oliva virgen
Elaboración:
En primer lugar precalentamos el horno a 250ºC.
Mientras el horno esté en marcha, espolvoreamos con harina la encimera y estiramos la masa con un rodillo para darle forma de masa fina tipo italiana, que posteriormente quedará más crujiente.
Le añadimos el tomate ecológico Hida con una cuchara, untando toda la superficie excepto los bordes, y le espolvoreamos el orégano picado.
Metemos la base de pizza al horno sobre la plancha de metal y bajamos la temperatura del horno a 180ºC. Así el tomate ecológico y el orégano a la base y a la vez conseguiremos una base crujiente. La dejamos 2-3 minutos, sacamos la pizza y volvemos a subir la temperatura a 250ºC para el horneado final.
Ahora lavaremos y cortaremos las verduras (podéis elegir las verduras que más os gusten, las combinaciones son infinitas). La berenjena y el calabacín lo cortaremos en cuadraditos pequeños, en cambio la cebolla y el pimiento en juliana (corte normal). Juntamos todas esta verdura en un cuenco grande, al que le añadiremos un chorro de aceite, sal y pimiento negra recién molida.
Repartimos los vegetales por encima de la base que acabamos de sacar del horno y añadimos trozos de queso mozzarella por encima de los vegetales. Acabamos rallando por encima el queso parmesano o el que haya escogido, el contraste de los dos quesos, uno suave (mozzarella) y el otro más fuerte (queso curado) es ideal y muy sabroso.
Horneamos a 230º C unos 6-8 minutos, o hasta que veas que esté dorada y la masa crujiente. Los tiempos dependerán de tu horno, del grosor que le hayas dado a la masa y de la cantidad de relleno que le hayas añadido.
Sacamos la pizza del horno y le añadimos un chorrito de aceite de oliva virgen para que esté más jugosa. Si la dejas unos minutos sobre la rejilla, la masa quedará más crujiente.
Ya tenemos la pizza lista para sorprender a amigos, familiares e incluso niños.
¡Buen provecho!