Vivimos en una sociedad acelerada. El trabajo, los estudios, los niños, las obligaciones diarias… todo parece exigir inmediatez. Y, en medio de ese ritmo, la cocina muchas veces se convierte en un trámite más que en un placer. Cocinamos con prisa, mirando el móvil, pensando en lo siguiente que tenemos que hacer.
Aquí es donde entra la cocina mindful o mindful cooking , una práctica que nos invita a volver al presente y disfrutar del acto de cocinar como una experiencia en sí misma, no solo como un medio para tener la comida lista. Pero, ¿cómo hacerlo si no tenemos tiempo? En este artículo te contamos qué es la cocina mindful y cómo incorporarla incluso en tu rutina más agitada.
¿Qué es la cocina mindful?
El concepto de mindfulness hace referencia a prestar atención plena al momento presente, sin juicios y con una actitud abierta. Aplicado a la cocina, significa cocinar con consciencia:
- Prestar atención a los colores, texturas y olores de los ingredientes.
- Cocinar sin prisas mentales, aunque el reloj corra.
- Disfrutar de cada paso del proceso, desde cortar verduras hasta servir el plato.
En definitiva, se trata de transformar la cocina en un espacio de calma, creatividad y disfrute, aunque sea solo durante unos minutos al día.
Beneficios de la cocina mindful
- Reduce el estrés: centrarte en una tarea sencilla como cortar o remover te ayuda a desconectar de preocupaciones.
- Fomenta hábitos saludables: al estar más presente, eliges mejor los ingredientes y evitas caer en ultraprocesados.
- Mejora la relación con la comida: aprecias más el sabor y disfrutas de porciones equilibradas.
- Crea momentos de conexión: cocinar en familia o en pareja se convierte en un ritual compartido.
Cómo practicar cocina mindful en tiempos de prisa
La pregunta clave es: ¿cómo disfrutar cocinando cuando apenas hay tiempo? La buena noticia es que no necesitas horas libres, solo un pequeño cambio de mentalidad y algunos trucos prácticos:
1. Empieza con la preparación
En lugar de abrir la nevera con prisa, dedica un momento a observar los ingredientes. Huele el tomate, siente la textura del pan, escucha cómo cruje la cebolla al cortarla. Esa breve pausa cambia tu enfoque.
2. Simplifica tus recetas
No necesitas elaboraciones complicadas. Platos sencillos como un sofrito de verduras con pasta, una tostada de pan integral con tomate rallado o un hummus casero pueden convertirse en momentos mindful si prestas atención a su preparación.
3. Respira entre pasos
Mientras hierve el agua o se dora el sofrito, en lugar de sacar el móvil, respira profundo y disfruta de la pausa. Estos segundos son tuyos.
4. Usa productos que te lo pongan fácil
Tener a mano básicos de calidad como Tomate frito Hida, sofrito casero o Cebolla frita te ayuda a ahorrar tiempo sin renunciar al sabor auténtico. De esta forma, puedes centrarte en disfrutar del proceso sin estrés añadido.
5. Crea un ambiente agradable
Pon música suave, abre la ventana para dejar entrar el aire fresco o utiliza tu delantal favorito. Son detalles que convierten la rutina en un ritual.
Ejemplos de recetas mindful rápidas
- Crema de calabacín y sofrito casero Hida: mientras se cuece el calabacín, escucha el burbujeo, huele el vapor y observa cómo cambia el color de la verdura. Añade sofrito casero para potenciar el sabor sin esfuerzo.
- Tostadas de pan con Tomate frito y albahaca fresca: presta atención al crujido del pan al cortarlo y al aroma de la albahaca al romperse.
- Arroz salteado con verduras y Cebolla frita Hida: observa cómo se doran las verduras en la sartén y escucha el chisporroteo mientras añades la Cebolla frita crujiente.
Lo importante no es la sofisticación del plato, sino la actitud con la que lo preparas.
Consejos finales para integrar la cocina mindful en tu día a día
- No te exijas perfección: incluso 5 minutos de atención plena ya marcan la diferencia.
- Convierte la cocina en un refugio: piensa en ella como tu espacio de desconexión, no como una obligación.
- Celebra lo sencillo: una ensalada con ingredientes frescos puede ser tan especial como una receta elaborada.
- Come con atención: si cocinaste mindful, siéntate a comer de la misma manera: sin pantallas, saboreando cada bocado.
La cocina mindful no consiste en cocinar lento ni en tener horas libres, sino en cambiar la forma en que vivimos ese momento. Aunque tengas prisa, puedes transformar la rutina de preparar la comida en un ritual de calma y disfrute.
Con productos de calidad como los de Hida, que ahorran pasos sin renunciar al sabor casero, es más fácil enfocarte en lo importante: estar presente, conectar con los ingredientes y disfrutar del proceso.
Porque cocinar no es solo alimentar el cuerpo: es también nutrir la mente y el espíritu, incluso en los días más acelerados.