10 errores al leer etiquetas de alimentos y cómo evitarlos

Errores comunes al leer etiquetas de alimentos
Fecha de publicación
19 noviembre 2025
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Tiempo de lectura

4 minutos

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10 errores al leer etiquetas de alimentos y cómo evitarlos

Cada vez somos más conscientes de la importancia de cuidar la alimentación, pero entender la información que aparece en las etiquetas no siempre resulta sencillo. Entre ingredientes, porcentajes y mensajes llamativos, es fácil pasar por alto detalles que marcan la diferencia.

Leer una etiqueta correctamente no significa desconfiar, sino saber elegir con criterio y valorar la transparencia de las marcas. En Hida apostamos por la claridad y la sencillez, por eso te explicamos los errores más comunes al leer etiquetas de alimentos y cómo evitarlos.

1. Fiarse solo del reclamo del envase

Las palabras “natural”, “artesano” o “0%” atraen la atención, pero la información clave está siempre en la parte trasera del envase. Allí encontrarás los ingredientes y los valores nutricionales que te ayudarán a conocer realmente el producto.

Leer más allá del titular es la mejor forma de tomar decisiones informadas y reconocer a las marcas que comunican de forma honesta.

2. No mirar el orden de los ingredientes

Los ingredientes se listan de mayor a menor cantidad, es decir, el primero es el que más abunda en el producto. Si los alimentos principales (como el tomate, las verduras o el aceite de oliva) aparecen al inicio, es una buena señal.

Por ejemplo, en el Tomate frito Hida el tomate natural es el ingrediente principal, elaborado con una receta sencilla, sin conservantes ni azúcares añadidos.

3. Confundir “sin azúcar añadido” con “sin azúcar”

“Sin azúcar añadido” no significa que el producto esté libre de azúcar, sino que no se le ha incorporado azúcar extra durante su elaboración. Puede contener azúcares naturalmente presentes en los ingredientes, como los del tomate o la fruta.

Por eso, conviene mirar siempre el apartado “hidratos de carbono, de los cuales azúcares”, donde se muestra la cantidad total.

4. No revisar los porcentajes de los ingredientes clave

Otro error común es pasar por alto los porcentajes que aparecen entre paréntesis en la lista de ingredientes. Estos datos indican la proporción real de los elementos más destacados del producto (por ejemplo, “tomate 85 %” o “aceite de oliva 5 %”).

Esa información es muy útil para comparar marcas o versiones de un mismo alimento, y valorar cuáles mantienen una mayor cantidad de ingredientes naturales.

5. Ignorar el tamaño de la ración

Las tablas nutricionales suelen mostrar los valores “por 100 g” y “por ración”. Sin embargo, el tamaño de esa ración varía según el fabricante. Leerlo con atención permite calcular cuánto estás consumiendo realmente.

Así puedes ajustar mejor las cantidades a tus necesidades sin dejarte guiar solo por los números del envase.

6. No distinguir entre grasas buenas y malas

Las grasas insaturadas, presentes en el aceite de oliva o los frutos secos, son beneficiosas. En cambio, las grasas trans o hidrogenadas conviene limitarlas.

Si en la etiqueta ves “aceite vegetal parcialmente hidrogenado”, es señal de que no se trata de una grasa saludable. Escoger productos elaborados con aceite de oliva siempre será una opción más equilibrada.

7. Pasar por alto la cantidad de sal

La sal es un ingrediente necesario, pero su exceso puede pasar desapercibido. Revisar el contenido de sodio en la tabla nutricional ayuda a mantener un consumo moderado.

En Hida, por ejemplo, se cuida este aspecto para que las recetas mantengan el sabor casero con una cantidad adecuada de sal, sin necesidad de añadir más.

8. No entender los aditivos

Los aditivos aparecen identificados con una “E” seguida de un número. Algunos son naturales y necesarios (como los que evitan la oxidación), pero siempre es preferible elegir productos con listas de ingredientes cortas y fáciles de reconocer.

Esa sencillez suele reflejar un proceso de elaboración más natural y transparente.

9. No leer la etiqueta completa por falta de tiempo

La rutina o la prisa pueden hacer que repitamos compras sin comprobar si la receta ha cambiado. Sin embargo, dedicar unos segundos a revisar la etiqueta nos ayuda a descubrir mejoras o nuevas versiones más saludables de los productos que ya conocemos.

Leer con calma es una forma sencilla de cuidar la alimentación diaria.

10. Confundir la fecha de caducidad con el consumo preferente

Dos conceptos diferentes pero que a menudo se confunden:

  • Fecha de caducidad: pasada esa fecha, el producto puede no ser seguro.
  • Consumo preferente: indica hasta cuándo mantiene sus propiedades óptimas, pero puede seguir siendo apto si se conserva correctamente.

Conocer esta diferencia ayuda a reducir el desperdicio alimentario y a aprovechar mejor los productos que tenemos en casa.

Consejos finales para leer etiquetas con confianza

  1. Revisa siempre los ingredientes principales.
  2. Prefiere productos con listas cortas y claras.
  3. Comprueba los porcentajes y el orden de los ingredientes.
  4. Busca el equilibrio, no la perfección: la clave está en la variedad y la calidad.

Leer correctamente las etiquetas de los alimentos te permite entender lo que compras y disfrutar de tus comidas con más confianza. No se trata de buscar productos “perfectos”, sino de reconocer los que apuestan por la transparencia, la naturalidad y la sencillez en su elaboración.

En Hida, todas nuestras recetas se elaboran con ingredientes naturales, sin conservantes ni azúcares añadidos, y con el sabor auténtico de siempre. Así, entender lo que comes es tan fácil como disfrutarlo.

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