La gastronomía española es famosa en todo el mundo por su diversidad, tradición y sabor. Sin embargo, detrás de los platos más icónicos, hay historias y curiosidades que tal vez no conocías. Aquí te contamos cinco datos interesantes que te harán apreciar aún más la riqueza culinaria de España.

1. El origen de la tapa: una tradición improvisada

La costumbre de servir tapas tiene su origen en Andalucía y, según la leyenda, nació por pura casualidad. Se dice que el rey Alfonso XIII, durante una visita a Cádiz, pidió una copa de vino. Para evitar que el polvo del ambiente cayera en su bebida, el camarero la «tapó» con una loncha de jamón. El rey quedó encantado y pidió que esta costumbre continuara. Desde entonces, las tapas se han convertido en una tradición única de la gastronomía española.

2. El gazpacho, más antiguo de lo que parece

Aunque hoy en día el gazpacho es conocido por su frescura y su color rojo vibrante, la receta original no llevaba tomate. Antes de que este ingrediente llegara de América, el gazpacho era una mezcla de pan, ajo, aceite de oliva, agua y vinagre. Fue la incorporación del tomate en el siglo XVI lo que lo transformó en el plato icónico que conocemos hoy.

3. España tiene más de 200 variedades de queso

Aunque Francia suele llevarse el protagonismo cuando hablamos de quesos, España cuenta con una impresionante variedad, con más de 200 tipos diferentes. Desde el Manchego hasta el Cabrales, cada región tiene sus propias especialidades, muchas de ellas protegidas con Denominación de Origen.

4. El jamón ibérico, un tesoro nacional

El jamón ibérico es uno de los productos más emblemáticos de España, pero lo que lo hace único es la alimentación de los cerdos con bellotas. Este detalle le da su sabor característico y una textura incomparable. No es de extrañar que esté considerado como una auténtica joya gastronómica y un imprescindible en las mesas festivas.

5. El pisto, una receta humilde con raíces profundas

El pisto, una de las recetas más tradicionales de España, nació como un plato humilde en las huertas manchegas. Su mezcla de verduras de temporada cocinadas lentamente es un símbolo de la cocina casera española. Hoy en día, el pisto Hida lleva esta tradición a tu mesa, con el mismo sabor auténtico y natural de siempre.

La gastronomía española es mucho más que comida; es una expresión de historia, cultura y tradición. Cada plato cuenta una historia, y en cada bocado se puede saborear el trabajo y la pasión de generaciones. ¿Conocías alguna de estas curiosidades?

El aperitivo es una de esas costumbres que ha conquistado corazones y paladares a lo largo del tiempo y el espacio. Ya sea en las terrazas de un bar español, en un café italiano o en un salón francés, el acto de disfrutar de pequeñas delicias antes de una comida se ha convertido en una tradición universal. Pero, ¿alguna vez te has preguntado de dónde proviene este ritual tan placentero? En el Día del Aperitivo, te contamos cuál es su origen y cómo ha evolucionado hasta la actualidad.

¿Qué es el aperitivo?

El aperitivo, o «apéro» como lo llaman los franceses, es mucho más que un tentempié antes de una comida. Se trata de un momento para compartir, relajarse y abrir el apetito, ya sea con amigos, familiares o compañeros de trabajo.

Aunque su forma puede variar según la cultura, el objetivo siempre es el mismo: preparar el cuerpo y la mente para la comida principal. Desde bebidas refrescantes hasta pequeños bocados, el aperitivo es la antesala perfecta de cualquier comida y, en muchos casos, se convierte en el protagonista del encuentro.

Primeros indicios del aperitivo

Ya en la antigua Roma se disfrutaban de algo llamado «gustatio», una pequeña comida que servía para estimular el apetito antes del banquete principal. En ellos, se ofrecían alimentos ligeros, como aceitunas, embutidos y frutas, junto con vinos especiados que preparaban el paladar para la comida que seguía.

Sin embargo, el término «aperitivo» como tal no surgió hasta siglos más tarde en Europa, concretamente en Italia y Francia. En estos países se tomó como una costumbre popular entre la aristocracia del siglo XVIII que se extendió a todos los estratos sociales con el paso del tiempo.

El aperitivo en Italia

Si hay un país que puede presumir de tener un profundo arraigo en la tradición del aperitivo, ese es Italia. Conocido como «aperitivo alla milanese», tiene un fuerte componente social. Se origió en el norte del país, en ciudades como Milán y Turín, y se popularizó en el siglo XIX con la creación de bebidas como el Vermouth.

En la década de 1950, otra bebida icónica entró en escena: el Aperol Spritz. Esta mezcla ligera y refrescante se convirtió en un clásico del aperitivo italiano, especialmente durante los cálidos días de verano. En Italia, el aperitivo es mucho más que una pausa para comer; es un ritual social que reúne a la gente después del trabajo, un momento para relajarse y disfrutar de la compañía.

El aperitivo en Francia

En Francia, el «apéro» es sinónimo de estilo y sofisticación. Allí se disfruta antes de la cena y suele incluir una selección de quesos, embutidos, aceitunas y, por supuesto, una copa de vino o champagne.

Los franceses no solo se preocupan por la calidad de los productos, sino también por la presentación. El acto de compartir un apéro es un evento social importante, una excusa para reunir a amigos y familiares y disfrutar del momento sin prisas. Además, en muchos hogares franceses, el apéro puede alargarse tanto que, en ocasiones, sustituye por completo a la cena.

El aperitivo en España

El aperitivo español está estrechamente vinculado a las tapas, esos pequeños platos que acompañan a una bebida y que se disfrutan en bares y terrazas. Esta costumbre de “ir de tapas” o “tapear” está tan arraigada en la cultura española que, para muchos, el aperitivo no es solo un preámbulo a la comida, sino una parte esencial de la experiencia gastronómica.

Además, los españoles somos creativos con las tapas y una de las opciones más populares incluye el uso del tomate frito. Un ejemplo clásico es el pan con tomate y jamón serrano.

Una tradición que trasciende fronteras

Con el paso del tiempo, el aperitivo ha evolucionado y se ha adaptado a las nuevas costumbres y estilos de vida.

Hoy en día, esta tradición se ha extendido más allá de las fronteras europeas y se ha adoptado en diferentes formas alrededor del mundo. Desde el happy hour en Estados Unidos hasta las tapas bar en Japón, el aperitivo ha demostrado ser una costumbre flexible que sigue uniendo a las personas en torno a la comida y la bebida.

En el Día del Aperitivo, te invitamos a celebrar esta tradición de la mejor manera: compartiendo buena comida y bebida en compañía de aquellos que más aprecias. ¡Que aproveche!

En Hida celebramos 70 años de tradición y sabor. Desde nuestras humildes raíces en 1954 en Aljucer (Murcia), hasta convertirnos en líderes del sabor en los cinco continentes, hemos experimentado muchos cambios, pero hay algo que nunca ha variado: la pasión por las cosas bien hechas. ¡Te contamos cómo ha sido este viaje!

Nuestros comienzos

Todo comenzó en la década de los 50 en un pequeño negocio familiar en Aljucer fundado por Mateo Hidalgo. Desde el principio, asentamos las bases de lo que hoy somos, un referente en sabor y cultura del tomate, centrándonos en la elaboración y fabricación de sofritos caseros.

Desde entonces, hemos mantenido un compromiso firme con la sabiduría artesanal y la exigencia de la producción industrial, siempre buscando realzar el sabor de los mejores sofritos de tomate de nuestra huerta. Nuestro enfoque ha sido siempre combinar lo mejor de ambos mundos: la autenticidad del sabor casero con la eficiencia de la tecnología moderna.

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Nuestros primeros productos

Expansión y modernización en Mula

El 2011 marcó el inicio de una nueva era para nosotros con la inauguración de nuestras instalaciones en el Polígono Industrial «El Arreaque» en Mula (Murcia). Con más de 75.000 m², estas instalaciones están dotadas de la última tecnología en maquinaria y seguridad alimentaria, permitiéndonos producir 241.500 Kg de producto terminado cada día. Esta capacidad nos ha permitido no solo satisfacer la demanda local, sino también expandirnos en mercados internacionales.

Sede Aljucer

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Sede polígono de San Ginés

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Reconocimientos

Nuestra especialización en sofritos caseros ha sido reconocida tanto por consumidores como por distribuidores, consolidándonos como líderes en España y permitiéndonos expandir nuestra presencia a más de 20 países en los cinco continentes. Nuestra vocación de crecimiento y diversificación de productos sigue siendo tan fuerte como en nuestros primeros días.

No obstante, a pesar del crecimiento y la expansión, seguimos siendo una gran familia en Hida. Con un equipo formado por numerosas personas, mantenemos nuestras raíces de empresa familiar, operando con capital 100% propio. Este enfoque nos permite seguir centrados en nuestro objetivo primordial a lo largo de los años: ofrecer los mejores sofritos a todas las familias.

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¿Qué nos depara el futuro?

Después de tantos años de cambios y evolución, nuestro objetivo sigue intacto. En Hida, cada nuevo proyecto, cada feria a la que asistimos y cada nuevo mercado que exploramos, es un paso hacia adelante en nuestro viaje. Seguimos comprometidos con la calidad, la innovación y la pasión por las cosas bien hechas.

Por eso, ¡esperamos seguir en tu mesa muchos años más!

Un plato de toda la vida, que hemos visto cocinar a nuestras madres y abuelas, y que nos encanta son, sin duda, las albóndigas, pero ¿te has preguntado alguna vez de dónde proviene este delicioso manjar? Como nos gusta cuidarte, te descubrimos su origen. ¡Presta atención!

Comida de ricos

Pese a que se dio a conocer entre las clases bajas como comida de aprovechamiento, la realidad es que esta receta surgió como un plato típico de los más pudientes. Pero no adelantemos acontecimientos, te lo contamos todo desde el principio.

Fueron los romanos quienes inventaron el plato y, diversos documentos, confirman que era una de las recetas preferidas y más preparadas en las mesas privilegiadas,pues eran los únicos que disponían de una buena cocina en sus domus.

No obstante, fueron los musulmanes quienes acercaron esta receta al resto de la sociedad y, en concreto, a la Península Ibérica. Estos la introdujeron bajo el término “al-bunduga”, que en árabe significa “bola” o “pelota”. Popularizaron la albóndiga entre la ciudadanía ya que era un plato que se incluía en muchos guisos y que se podía encontrar en los zocos (mercadillos).

Más tarde, en el siglo XIII, se incorporó huevo a la carne picada y especies para poder lograr bolas más compactas y sabrosas. Pero ¿de dónde viene la tradición de cocinarlas en salsa de tomate?

Un antes y un después

En la actualidad, la salsa de tomate es un imprescindible en la preparación de las albóndigas que todos conocemos. No obstante, como es lógico, no fue hasta la conquista de América y su consiguiente introducción de alimentos como el tomate, cuando se comenzó a incluir en nuestras recetas. ¡Eso sí! ¡Fue probarlo y enamoró a todos!

Debido a su fácil elaboración y bajo coste, el tomate se convirtió en el complemento perfecto para las albóndigas ya que, además, combina genial con la carne. ¿Otra ventaja? Es muy versátil y permite adaptarlo a los gustos de cada persona, desde un base con cebolla y vino blanco a otra con crema de leche o ajo. ¡El límite está en tu imaginación!

Gran versatilidad

Llevamos comiendo albóndigas más de mil años… ¡imaginad lo que han podido reinventarse! Y es que esta receta ha logrado adaptarse a las diferentes culturas y costumbres gastronómicas de cada país. Y te sorprenderá las diversas formas que existen de prepararlas.

Fritas, cocidas; dulces, saladas; con pan o con legumbres. No imaginas la cantidad de maneras en las que las puedes encontrar.  En México es habitual elaborarlas a partir de carne molida de res o cerdo y rellenarlas de huevo cocido, las combinan con salsa de tomate y pimientos picantes, acompañados de arroz cocido y frijoles.

En Indonesia, sin embargo, se combinan con tallarines, queso de soja, huevos y carne frita y, comúnmente se les llama “bakso”.

En Indonesia, sin embargo, se combinan con tallarines, queso de soja, huevos y carne frita y, comúnmente se les llama “bakso”.

Por su parte, en China, también son de cerdo, pero se cuecen al vapor, hervidas o crudas. Además, su tamaño varía en función de cómo se van a comer, por ejemplo, las más pequeñas se comen en sopa.

¿Y un dato más curioso aún? En Turquía existen más de 100 variedades de esta receta… vamos, que debe ser algo así como el “paraíso de la albóndiga”.