¿Te cuesta decidir qué comer cada día? Planificar el menú semanal puede ahorrarte tiempo, dinero y muchos quebraderos de cabeza.


Organizar lo que vas a comer durante la semana no tiene por qué llevarte toda una tarde. Con un poco de método, puedes hacerlo en apenas 15 minutos. En este artículo te contamos cómo conseguirlo paso a paso, con consejos prácticos que puedes aplicar desde hoy mismo.

¿Por qué deberías planificar tu menú semanal?

Planificar el menú semanal tiene muchas ventajas:

  • Ahorras tiempo: ya no tienes que improvisar cada día.
  • Evitas el desperdicio de alimentos: compras solo lo que necesitas.
  • Comes más variado y equilibrado: al ver toda la semana de un vistazo, es más fácil introducir verduras, legumbres, proteínas y fruta de forma consciente.
  • Reduces el estrés diario: saber qué toca para comer o cenar alivia la carga mental.
  • Ahorras dinero: compras con lista cerrada y evitas compras impulsivas.

Y lo mejor: no necesitas apps complicadas, ni un Excel interminable. Solo 15 minutos y un poco de organización.

Paso 1: Revisa lo que ya tienes (2 minutos)

Antes de empezar, mira qué alimentos tienes ya en la nevera, el congelador y la despensa. ¿Hay verduras que debes consumir pronto? ¿Tienes arroz, pasta, legumbres cocidas, algún resto de comida?
Este paso es clave para evitar tirar comida y aprovechar ingredientes.

Paso 2: Piensa en tu semana (3 minutos)

¿Vas a comer fuera algún día? ¿Tienes alguna comida especial? ¿Hay días con poco tiempo para cocinar?
Anota en un papel o en tu calendario cuándo necesitas comidas rápidas, cuándo puedes cocinar con calma y si vas a hacer batch cooking (cocinar varias raciones para varios días).

Paso 3: Elige platos base (5 minutos)

Aquí es donde decides qué vas a comer. No hace falta reinventar la rueda cada semana. Ten a mano una lista de tus platos favoritos (15-20 ideas) para ir rotando.
Lo ideal es planear:

  • 5 comidas principales (almuerzos o cenas)
  • 2 comidas rápidas o de aprovechamiento
  • Opciones para desayunos, snacks o cenas ligeras si lo necesitas

Ejemplo de menú básico:

  • Lunes: Lentejas con verduras
  • Martes: Pasta integral con tomate frito casero y atún
  • Miércoles: Tortilla de espinacas + ensalada
  • Jueves: Arroz con pollo al curry
  • Viernes: Verduras al horno + huevos revueltos
  • Sábado: Sobras o comida fuera
  • Domingo: Pizza casera con base de verduras

Hazlo sencillo. Si hay un plato que puedes repetir (como arroz o ensaladas), ¡adelante!

Paso 4: Haz la lista de la compra (3 minutos)

Con el menú ya decidido, haz una lista con los ingredientes que necesitas. Puedes dividirla en categorías (verduras, proteína, lácteos, conservas, congelados…).
Así evitarás paseos innecesarios en el supermercado y no olvidarás nada.

Consejo: Si cocinas tomate frito casero o salsa boloñesa, prepara de más y congela. Te solucionará futuras comidas.

Paso 5: Ten un sistema visual (2 minutos)

Apunta el menú en una hoja en la nevera, una pizarra o una nota digital que veas a diario. Así tú (y el resto de la familia) sabéis lo que toca sin pensar.

Claves para que funcione

  • Sé flexible: si un día no te apetece lo que habías planeado, cambia sin problema.
  • Aprovecha lo que sobra: convierte unas verduras asadas en crema o una carne guisada en relleno para fajitas.
  • Involucra a todos: si vives en familia, deja que cada uno elija un plato por semana.
  • Usa básicos de despensa: tomate frito, arroz, legumbres cocidas, atún, huevos… son aliados del menú rápido y saludable.

Planificar el menú semanal no tiene que ser un quebradero de cabeza. En solo 15 minutos puedes organizar tus comidas, ahorrar tiempo y comer mejor sin complicarte.
Empieza por algo sencillo, repite lo que funciona y ajusta según tus gustos y tu ritmo de vida. ¡Tu yo del futuro te lo agradecerá!

¿Tienes un bote empezado en la nevera y dudas de si aún puedes usarlo?

Seguro que más de una vez te has hecho esta pregunta: “¿Hace cuánto abrí este bote?” Ya sea tomate frito, cebolla caramelizada o pisto, cuando abrimos un tarro en casa, lo ideal es aprovecharlo al máximo sin comprometer el sabor ni la seguridad alimentaria.

¿Por qué es importante saberlo?

Una mala conservación puede provocar que el producto pierda sabor, textura e incluso que se eche a perder antes de tiempo. Además, un bote en mal estado puede contener bacterias perjudiciales para la salud. Saber cómo conservarlos correctamente es clave.

¿Cuánto dura un bote abierto en la nevera?

Dependerá del tipo de producto, pero en general:

  • Tomate frito: entre 5 y 7 días una vez abierto.
  • Cebolla caramelizada: hasta 10 días si está bien cerrada.
  • Pisto o fritada: 5 días.
  • Mermeladas y confituras: hasta 15 días.

Consejo: apunta con rotulador la fecha en la tapa al abrir el bote. Así no tendrás que fiarte solo de tu memoria.

Claves para conservarlos bien

  1. Refrigera justo después de abrir.
    Nada de dejarlo “para luego”. Cuanto antes lo enfríes, mejor.
  2. Usa siempre utensilios limpios.
    Meter una cuchara sucia o mojada acelera el deterioro del producto.
  3. Cierra bien el bote.
    Si la tapa no ajusta bien, trasvasa el contenido a un táper hermético.
  4. Evita cambios bruscos de temperatura.
    No lo saques y metas varias veces si no lo vas a consumir.

¿Y si quiero conservarlo más tiempo?

Una opción es congelar el contenido restante en pequeñas porciones (por ejemplo, en una cubitera). Así puedes descongelar solo lo necesario.

También puedes aprovecharlo para preparar recetas en lote (batch cooking) y conservarlas en la nevera durante unos días más.

Señales de que un bote ya no se debe consumir

  • Cambios de color, olor ácido o sabor extraño.
  • Formación de moho en los bordes.
  • Tapa hinchada o contenido burbujeante.

Si algo no te convence, mejor no arriesgar. Tíralo.

Conservar correctamente un bote abierto en la nevera no solo evita el desperdicio, sino que garantiza que cada cucharada mantenga su calidad. Si sigues estos consejos, podrás disfrutar de todo el sabor de tus productos Hida… hasta la última gota.

Cuando llega el calor, todos escuchamos lo mismo: “bebe agua”, “ponte protección solar”, “come fruta”. Y aunque son consejos válidos, se repiten tanto que ya casi se ignoran. Por eso, en este artículo te traemos 7 consejos saludables para cuidarte en verano que se salen del guion habitual. Porque cuidarse no solo va de hidratarse y evitar quemaduras… también tiene que ver con cómo vives esta estación.

1. Empieza el día con alimentos frescos, pero también saciantes

La fruta de verano está buenísima, sí, pero si desayunas solo sandía o melón es probable que a media mañana tengas hambre (y no siempre saludable). La clave está en combinar alimentos frescos con ingredientes que te aporten energía de calidad:

  • Yogur natural + fruta + avena
  • Pan integral con aguacate y tomate frito 0% Hida
  • Smoothie con bebida vegetal, frutos rojos y semillas

Microtip: Añadir un poco de proteína y grasa saludable (como frutos secos o un huevo) puede ayudarte a evitar picos de azúcar y mantener la energía más estable durante la mañana.

2. Haz cenas inversas (sí, al revés)

Con el calor, el cuerpo cambia su ritmo. Y muchas veces cenamos tarde, con el estómago revuelto por el calor o la falta de hambre. Una solución interesante es adelantar la “cena fuerte” al final de la tarde (por ejemplo, a las 20:00) y dejar algo ligero para antes de dormir:

  • Un vaso de gazpacho bien fresquito
  • Un bol de fruta cortada con yogur
  • Un caldito frío de verduras o una infusión fría digestiva

Esto mejora tu descanso, facilita la digestión y evita levantarte con sensación de pesadez.

3. Aprovecha el calor para moverte… pero con cabeza

En verano no hay excusas para no moverse, pero tampoco hace falta matarse en el gimnasio a 40º. El truco está en adaptar tu actividad a los momentos más frescos del día:

  • Camina al atardecer o al amanecer, incluso descalzo por la arena si puedes.
  • Haz natación o ejercicios en el agua (una gran forma de tonificar sin impacto).
  • Prueba actividades suaves como yoga, estiramientos o pilates en casa con la ventana abierta.

Consejo extra: No subestimes los pasos del día a día: pasear en vacaciones, subir escaleras, visitar museos… todo suma.

4. Cuida tu piel desde el plato (no solo con crema)

Además de usar protección solar, puedes preparar tu piel desde dentro con alimentos ricos en betacarotenos y antioxidantes, como:

  • Zanahorias, espinacas, calabaza
  • Tomate (en crudo o cocinado)
  • Pimientos rojos, mango o albaricoques

Sabías que… El licopeno del tomate (más concentrado en salsas caseras como el Tomate Frito Hida) ayuda a proteger tu piel del daño solar desde el interior.

5. Sé más flexible con los horarios (también de comida)

La rigidez de los horarios invernales no encaja con el estilo veraniego. Si te levantas más tarde o cenas fuera de hora, no pasa nada. Escucha a tu cuerpo. Comer cuando realmente tienes hambre es mucho más saludable que hacerlo por inercia.

Por ejemplo, si desayunas tarde, puede que no necesites comer a las 14:00 en punto. Y si tu cuerpo no te pide cena después de una comida tardía, no es obligatorio forzarlo.

Mini recordatorio: La regularidad es buena, pero más importante es la calidad y la cantidad que comes, no la hora exacta.

6. Cambia la nevera, no solo la dieta

Una nevera bien organizada y con opciones saludables es medio camino recorrido. Si tienes a mano alimentos frescos y ya preparados, lo más probable es que tomes mejores decisiones:

  • Conservas de legumbres (garbanzos, lentejas…) para ensaladas rápidas
  • Pisto Hida listo para acompañar cualquier plato
  • Frutas lavadas y cortadas
  • Ensaladas de arroz, pasta o quinoa ya hechas
  • Verduras cocidas al vapor para combinar

Bonus: Tener infusiones frías, kéfir o kombucha también puede ayudarte a variar y mantener el sistema digestivo activo.

7. Haz del verano una excusa para cocinar diferente

El calor nos invita a comer menos pesado y a probar cosas nuevas. Es el mejor momento para descubrir:

  • Recetas frías como cremas de verduras, ensaladas completas o tostas
  • Cocinas del mundo: tabulé, poke bowls, hummus, ceviche…
  • Menús de un solo paso: abrir, combinar y servir. Más sabor con menos esfuerzo.

Idea Hida: Prepara una cena exprés con pisto + huevo cocido + arroz o con tomate frito 0% + ventresca + pan crujiente. Listo en 5 minutos y con ingredientes de despensa.

Y ahora… ¡A disfrutar del verano!

Cuidarse en verano no significa seguir una lista de normas ni llevar una dieta estricta. Se trata de adaptar tu forma de alimentarte, moverte y descansar al ritmo que te marca el calor, las vacaciones y los planes fuera de casa.

En Hida creemos que la salud no está reñida con el sabor ni con la comodidad. Por eso te ofrecemos productos pensados para hacerte la vida más fácil y más rica… también en verano.

Estás preparando una receta y llega el momento de añadir el tomate… pero te encuentras con varias opciones: frito, triturado, sofrito. ¿Cuál elegir? Aunque todos vienen del mismo ingrediente base, cada uno tiene un uso diferente en la cocina. Y saber cuándo usar uno u otro puede cambiar totalmente el resultado de tu plato.

Hoy te contamos en qué se diferencian, cómo se usa cada uno y qué recetas combinan mejor con cada tipo.

Tomate frito: sabor cocinado y textura suave

El tomate frito es probablemente el más conocido. Se trata de un tomate que ya ha sido cocinado con aceite (a veces también con cebolla o azúcar), por lo que tiene un sabor más redondo y dulce, y una textura más homogénea.

Es ideal para platos rápidos o para esos días en los que no te apetece complicarte demasiado.

¿Cuándo usarlo?

  • Para acompañar pasta, albóndigas o huevos
  • Como base rápida para una pizza
  • Para añadir directamente a una tosta o bocadillo
  • Para dar un toque sabroso a un arroz sin tener que cocinar el tomate desde cero

Perfecto si quieres un resultado casero sin invertir tiempo en la cocina.

Tomate triturado: el más natural y versátil

El tomate triturado es simplemente tomate pelado, crudo y molido. Tiene una textura más líquida y contiene pequeñas semillas y pieles, lo que le da un aire más rústico. No lleva cocción previa, así que necesita tiempo al fuego para que pierda la acidez natural y se concentre el sabor.

¿Cuándo usarlo?

  • Si vas a hacer una salsa casera desde cero
  • En guisos y estofados que necesitan cocción larga
  • Para platos que quieras personalizar con tus propias especias y verduras
  • En conservas caseras o preparaciones tradicionales

Es la opción ideal si te gusta cocinar a fuego lento y controlar cada paso del proceso.

Sofrito: base de sabor con verduras

El sofrito es una preparación más completa. Suele llevar tomate, cebolla, pimiento e incluso ajo, todo pochado en aceite y cocinado con calma. Es la base de muchísimas recetas mediterráneas, y su gran ventaja es que te ahorra tiempo y trabajo: ya tiene el sabor integrado. https://hida.es/productos/sofritos-caseros/sofrito-de-tomate-y-cebolla/

¿Cuándo usarlo?

  • Para empezar una paella o un arroz meloso
  • En platos de cuchara como lentejas, garbanzos o potajes
  • En guisos de carne o pescado
  • Para enriquecer una salsa de tomate básica

Si buscas profundidad de sabor sin partir de cero, el sofrito es la mejor elección.

¿Cuál me conviene en cada receta?

Podemos resumirlo así:

  • Si quieres algo rápido y ya cocinado, opta por el tomate frito.
  • Si prefieres partir de una base neutra para cocinar tú, elige tomate triturado.
  • Si lo que buscas es un fondo sabroso y elaborado, apuesta por el sofrito.

Cada tipo tiene su momento perfecto, y cuanto más lo uses, más fácil te resultará decidir cuál necesitas.

¿Y si quiero ir a lo seguro?

En Hida elaboramos tomate frito, triturado y sofrito como lo harías tú en casa: con ingredientes naturales, cocinados a fuego lento y sin aditivos innecesarios. Para que, sea cual sea el tipo de receta, tengas siempre a mano la opción más rica y práctica.

Porque cocinar con sabor casero… no debería costarte tanto.

Si te apasiona viajar a través del paladar, estás en el lugar adecuado. Hoy en Comidas del mundo, cruzamos la frontera hasta Portugal para redescubrir algunos de sus platos más emblemáticos. Pero no lo haremos solos: los reinventamos con un toque Hida que respeta su esencia y potencia su sabor.

Te traemos tres recetas portuguesas irresistibles que puedes preparar en casa fácilmente gracias a nuestra gama de productos. ¡Toma nota y prepárate para saborear Portugal sin salir de tu cocina!

Bacalhau à Brás con cebolla frita Hida

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Un clásico lisboeta por excelencia. Esta receta combina bacalao desmigado, patata paja y huevo, todo ligado por una base de cebolla pochada. Nosotros le damos un giro práctico y sabroso utilizando Cebolla Frita Hida.

Ingredientes:

  • Bacalao desalado desmigado
  • Patatas paja (pueden ser compradas o hechas en casa)
  • Huevos
  • Cebolla Frita Hida
  • Aceite de oliva
  • Perejil fresco
  • Aceitunas negras

¿Cómo lo hacemos?

  1. En una sartén con un poco de aceite, calienta la Cebolla Frita Hida.
  2. Añade el bacalao y rehoga unos minutos.
  3. Incorpora las patatas paja y mezcla bien.
  4. Bate los huevos e intégralos en la mezcla, removiendo hasta que cuajen ligeramente.
  5. Decora con perejil y aceitunas. ¡Listo para servir!

El resultado es jugoso, equilibrado y muy rápido de preparar.

Francesinha con tomate frito estilo casero Hida

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Este sándwich típico de Oporto es una auténtica bomba de sabor. Lleno de carnes, queso fundido y una salsa espesa con cerveza y tomate, la Francesinha se convierte en una delicia aún más práctica al incorporar nuestro Tomate Frito Estilo Casero Hida en la salsa.

Ingredientes:

  • Pan de molde grueso
  • Filetes de ternera
  • Salchichas o chorizo
  • Jamón cocido
  • Queso para fundir
  • Tomate Frito Estilo Casero Hida
  • Cerveza, caldo, mostaza, guindilla, mantequilla y especias (para la salsa)

¿Cómo lo hacemos?

  1. Cocina las carnes a la plancha y monta el sándwich por capas.
  2. Cubre completamente con lonchas de queso y gratina en el horno.
  3. Para la salsa: sofríe un poco de cebolla y ajo, añade cerveza, caldo, mostaza, salsa Worcestershire y el Tomate Frito Hida. Cocina y tritura hasta lograr una salsa espesa.
  4. Baña la francesinha con la salsa bien caliente.

Una fusión perfecta entre tradición e innovación… ¡y con mucho queso!

Polvo à lagareiro con cama de pisto Hida

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El pulpo al estilo lagareiro es una receta sencilla, pero elegante. Tradicionalmente se sirve con patatas al horno y mucho aceite de oliva. Nosotros le añadimos una cama de pisto Hida para intensificar sabores y darle un giro vegetal delicioso.

Ingredientes:

  • Pulpo cocido
  • Patatas pequeñas
  • Ajo y aceite de oliva
  • Perejil
  • Pisto Hida

¿Cómo lo hacemos?

  1. Hornea las patatas con piel hasta que estén tiernas.
  2. Asa el pulpo en el horno con aceite y ajos laminados.
  3. Calienta el Pisto Hida y sírvelo como base del plato.
  4. Coloca el pulpo sobre el pisto, añade las patatas y riega con aceite de oliva crudo y perejil picado.

Un plato que respira mar y huerta a partes iguales.

Las recetas portuguesas tienen una personalidad única: son reconfortantes, intensas y llenas de historia. Y con productos como los de Hida, puedes cocinarlas con facilidad sin renunciar al sabor auténtico. Ya sea el dulzor equilibrado del tomate frito, la suavidad de nuestro pisto o la comodidad de usar cebolla ya pochada, siempre hay una forma de darle un toque Hida a tus platos internacionales.

¿Te animas a probar alguna?

Si eres de los que se fija en cada etiqueta cuando va al súper, seguro que has notado que los alimentos ecológicos ganan terreno en las estanterías. Y no es casualidad: cada vez somos más conscientes de lo que comemos, de dónde viene y de cómo se produce. En Hida también apostamos por esta tendencia con una línea ecológica que refleja nuestro compromiso con una alimentación más natural y respetuosa. Pero, ¿por qué elegir productos ecológicos? Aquí te lo contamos.

Más naturales, más saludables

Los alimentos ecológicos se cultivan sin pesticidas químicos ni fertilizantes artificiales. Además, están libres de organismos modificados genéticamente (OGM). ¿Qué significa esto para ti?

  • Menos residuos químicos en tu plato.
  • Mayor concentración de nutrientes y antioxidantes.
  • Sin aditivos ni potenciadores de sabor innecesarios.

Esto no quiere decir que todo lo que no sea ecológico sea malo, pero sí que optar por ecológico es una manera de reducir tu exposición a sustancias artificiales y cuidar un poco más tu alimentación.

Sabor con esencia

Una de las cosas que más nos dicen quienes prueban los productos ecológicos es que “saben más”. Y tienen razón. Al crecer al ritmo de la naturaleza, estos alimentos desarrollan mejor sus cualidades organolépticas:

  • Frutas y verduras con sabor más intenso.
  • Productos elaborados con materias primas ecológicas que conservan su aroma original.

En Hida, trabajamos nuestra línea ecológica con el mismo mimo de siempre, cocinando como en casa, pero con ingredientes procedentes de agricultura ecológica. El resultado se nota en cada cucharada.

Una ayuda para el planeta

Apostar por lo ecológico también es cuidar del entorno. La agricultura ecológica sigue prácticas más respetuosas con el medio ambiente:

  • Mantiene la fertilidad del suelo sin agotar los recursos.
  • Favorece la biodiversidad natural.
  • Reduce la contaminación de aguas subterráneas.

Es una forma de consumo más responsable y alineada con un futuro sostenible. Y aunque no toda tu despensa tenga que ser ecológica, incorporar algunos productos ya marca la diferencia.

¿Cómo puedo comer de forma ecológica?

No se trata de cambiar toda tu alimentación de la noche a la mañana. Puedes empezar con esos básicos del día a día que usas a menudo, como el tomate frito ecológico o el pisto de verduras ecológico. En Hida, nuestra línea eco está pensada precisamente para eso: que te sea fácil y sabroso dar el primer paso.

Los alimentos ecológicos son una opción interesante si buscas una alimentación más natural, sabrosa y respetuosa con el medio ambiente. En Hida creemos que lo importante es comer bien, con productos de calidad y con conciencia. Por eso, cada vez son más los que se suman a nuestra gama ecológica, sin renunciar al sabor de siempre.

¿Buscas maneras divertidas de pasar tiempo en familia y enseñar valores importantes? Iniciar a los niños en la cocina es una experiencia educativa, divertida y muy sabrosa. Desde muy pequeños, pueden empezar a desarrollar autonomía, aprender sobre alimentación saludable y, sobre todo, disfrutar con vosotros de momentos únicos entre ollas, cucharas y sonrisas.

Aquí te damos algunas claves para empezar con buen pie.

Consejos para iniciar a los niños en la cocina

1. Adapta el entorno

Coloca una banqueta segura o una torre de aprendizaje para que puedan acceder a la encimera. Usa utensilios de cocina adaptados a su edad (espátulas de silicona, cuchillos de plástico) y protege las zonas peligrosas.

2. Elige recetas sencillas

Comienza con platos fáciles, visuales y sabrosos. Por ejemplo, unas tostadas con tomate frito, un sándwich divertido con forma de animal o unas brochetas de frutas. Los productos de Hida, al ser 100 % naturales y listos para usar, te ayudarán a que todo sea más fácil.

3. Asigna tareas según la edad

  • 2-4 años: Lavar frutas, romper hojas de lechuga, verter ingredientes ya medidos.
  • 5-7 años: Batir huevos, cortar con tijeras de cocina, mezclar masas sencillas.
  • 8-10 años: Seguir instrucciones sencillas, usar cuchillos con supervisión, preparar recetas básicas.

Recuerda: no se trata de que lo hagan perfecto, sino de que se sientan parte del proceso.

4. Convierte la cocina en un juego

Cantar mientras cocináis, hacer formas con los ingredientes o dejarles decorar sus propios platos puede marcar la diferencia. Si se divierten, querrán repetir.

Beneficios de cocinar en familia

Además de pasar tiempo juntos, cocinar fomenta:

  • La coordinación motora fina y gruesa.
  • La concentración y la memoria.
  • La creatividad.
  • El interés por probar nuevos sabores.
  • La conciencia sobre una alimentación equilibrada.

Y lo mejor: al implicarse en la preparación, ¡es más fácil que quieran comérselo todo!

Receta fácil para hacer con niños: mini pizzas con tomate frito Hida

Una receta ideal para comenzar:

  1. Usa una base de tortilla de trigo, pan de pita o tostadas.
  2. Unta tomate frito Hida.
  3. Añade ingredientes al gusto (jamón, champiñones, atún, aceitunas…).
  4. Espolvorea queso rallado y hornea 10 minutos.

Fácil, rápida y deliciosa.

Iniciar a los niños en la cocina es abrirles la puerta a un mundo lleno de descubrimientos. Con cariño, paciencia y recetas adaptadas, puedes convertir cada comida en una oportunidad para aprender y compartir. Y con productos como los de Hida, sabrosos y naturales, todo es mucho más sencillo.

¡Manos pequeñas a la masa!

Una tabla de quesos y embutidos bien preparada puede convertirse en el centro de cualquier celebración, aperitivo o reunión con amigos. Combina sabores, texturas y colores de forma sencilla y elegante, y lo mejor de todo: ¡se adapta a todos los gustos.

¿Quieres saber cómo preparar una tabla de quesos y embutidos que deslumbre? Te damos todos los consejos e ideas que necesitas para acertar siempre.

1. Elige una buena base

Antes de seleccionar los ingredientes, piensa en la presentación:

  • Usa una tabla de madera, pizarra, una bandeja bonita o incluso una tabla de cerámica rústica.
  • Asegúrate de que sea lo suficientemente grande para que los productos respiren y no estén amontonados.

2. Variedad de quesos

Una tabla equilibrada debe ofrecer al menos tres tipos de queso:

  • Queso suave: Brie, camembert o queso de cabra tierno.
  • Queso semicurado: Manchego, gouda o emmental.
  • Queso curado o fuerte: Parmesano, azul o cabrales.

Consejo: Sácalos de la nevera al menos 30 minutos antes de servir para que estén a temperatura ambiente y desplieguen todo su sabor.

3. Variedad de embutidos

Escoge embutidos de diferentes texturas y sabores:

  • Jamón serrano o ibérico: un clásico que nunca falla.
  • Salchichón o chorizo: para añadir un toque especiado.
  • Lomo embuchado: suave y aromático.
  • Fuet o longaniza: ideales para cortar en rodajitas finas.

Tip: Dobla las lonchas de embutido en formas atractivas o en pequeños montoncitos para que sea fácil de coger.

4. Acompañamientos que marcan la diferencia

Una buena tabla de quesos y embutidos se completa con pequeños toques dulces y salados:

  • Dulces: Mermeladas, miel, frutas frescas (uvas, higos, manzanas), frutos secos (nueces, almendras).
  • Salados: Pepinillos, aceitunas, panecillos, colines o crackers.

Idea Hida: Añade un pequeño cuenco con Tomate Caramelizado Hida junto a los quesos curados. ¡Un contraste dulce espectacular!

5. Presentación: el arte de combinar colores y texturas

  • Distribuye los quesos y embutidos en distintos rincones de la tabla.
  • Corta algunos quesos en cuñas, otros en dados o déjalos enteros para que cada invitado se sirva.
  • Rellena huecos con frutos secos, fruta fresca o pequeños tarros de salsas o miel.
  • Añade ramitas de romero o tomillo para darle un aroma natural y fresco.

6. Cantidades para una tabla de quesos y embutidos

Calcula aproximadamente:

  • 30-40 g de queso y 30-40 g de embutido por persona si es un aperitivo.
  • 50-70 g de cada uno si va a ser el plato principal.

Es mejor quedarse un poco corto y complementar después que saturar la tabla.

Preparar una tabla de quesos y embutidos perfecta es más sencillo de lo que parece. Solo necesitas buenos productos, un poco de planificación y jugar con las combinaciones. ¡Manos a la obra!

La alimentación durante el embarazo juega un papel clave tanto para la salud de la madre como para el desarrollo del bebé. Una dieta equilibrada y variada aporta los nutrientes esenciales para que el cuerpo afronte todos los cambios que conlleva esta etapa y para que el bebé crezca de forma saludable. En este blogpost te contamos qué alimentos son recomendables, cuáles es mejor evitar y algunos consejos prácticos para llevar una buena alimentación durante el embarazo.

Nutrientes esenciales en la alimentación durante el embarazo

Aunque cada embarazo es diferente, hay ciertos nutrientes que tienen un papel protagonista en esta etapa:

1. Ácido fólico

Fundamental para el desarrollo del tubo neural del bebé, especialmente durante las primeras semanas.
Dónde encontrarlo: vegetales de hoja verde (espinacas, acelgas), legumbres, frutos secos, cereales integrales.

2. Hierro

Ayuda a prevenir la anemia, que es común en el embarazo.
Dónde encontrarlo: carnes magras, legumbres, yemas de huevo, espinacas. Es recomendable acompañarlos con vitamina C (como zumo de naranja) para mejorar su absorción.

3. Calcio

Es clave para el desarrollo de los huesos y dientes del bebé.
Dónde encontrarlo: lácteos, brócoli, almendras, tofu y pescados pequeños con espina (como sardinas).

4. Omega-3

Contribuye al desarrollo cerebral y visual del feto.
Dónde encontrarlo: pescado azul (como salmón o caballa), nueces y semillas de lino o chía.

5. Proteínas

Imprescindibles para el crecimiento celular del bebé.
Dónde encontrarlo: carnes, pescados, huevos, legumbres y productos lácteos.

Alimentos recomendados durante el embarazo

  • Verduras y hortalizas frescas: mejor cocidas o bien lavadas.
  • Frutas variadas: ricas en fibra, agua y vitaminas.
  • Cereales integrales: como arroz integral, avena o pan de centeno.
  • Legumbres: lentejas, garbanzos, alubias (ricas en hierro y fibra).
  • Lácteos pasteurizados: leche, yogures y quesos curados.
  • Carnes bien cocinadas: evita los embutidos crudos y opta por carnes magras.
  • Pescado cocido: al menos 2 veces por semana, alternando blanco y azul.
  • Huevos bien cocinados: asegúrate de que la yema esté totalmente cuajada.

Alimentos que debes evitar

  • Pescados con alto contenido en mercurio: como pez espada, atún rojo o tiburón.
  • Quesos blandos sin pasteurizar: como el brie o el camembert.
  • Embutidos crudos o curados: como el jamón serrano (a menos que se congele previamente).
  • Carnes y pescados crudos o poco hechos
  • Huevos crudos o salsas caseras que los contengan: como mayonesa casera.
  • Bebidas alcohólicas
  • Cafeína en exceso: se recomienda limitar el consumo a no más de 200 mg al día.

Consejos prácticos para una buena alimentación en el embarazo

  • Realiza comidas frecuentes y equilibradas: evita largos periodos en ayunas para prevenir mareos o bajadas de azúcar.
  • Mantente bien hidratada: bebe agua a lo largo del día y limita las bebidas azucaradas.
  • Escucha a tu cuerpo: el apetito puede variar según el trimestre, y también puede haber ciertos alimentos que te resulten más o menos apetecibles.
  • No comas por dos, pero sí mejor por dos: prioriza la calidad de lo que comes más que la cantidad.

Llevar una alimentación equilibrada durante el embarazo no significa complicarse, sino hacer elecciones conscientes y nutritivas que beneficien tanto a ti como a tu bebé. Escoge alimentos variados, bien cocinados y seguros, y si tienes dudas, consulta siempre con tu médico o matrona.

¡Cuídate desde dentro y disfruta de esta etapa tan especial con todo el sabor de una buena alimentación!

El gratinado es uno de esos toques mágicos que transforma cualquier plato, dándole una capa crujiente, dorada y deliciosa. Normalmente, asociamos este proceso con el horno, pero ¿sabías que también puedes gratinar en el microondas? Si tienes poco tiempo o no quieres encender el horno, el microondas con función de grill es una excelente opción. En este blogpost, te vamos a contar cómo gratinar en el microondas correctamente, qué trucos seguir para conseguir el mejor resultado y algunas recetas fáciles para que pongas en práctica estos consejos.

¿Por qué gratinar en el microondas?

El microondas no es solo para calentar la comida rápidamente. Con la función de grill, se puede lograr un gratinado en cuestión de minutos, lo que es perfecto cuando no tienes tiempo para esperar a que el horno se caliente. Además, al no tener que usar tanto aceite ni calor constante, el microondas puede ser una opción más práctica y eficiente para gratinar pequeñas cantidades de comida. Aunque el gratinado en el microondas no tiene la misma intensidad que en un horno convencional, el resultado es igualmente satisfactorio si sabes cómo aprovecharlo.

Consejos para gratinar en el microondas

  1. Utiliza la función de grill La clave para un buen gratinado en el microondas es la función de grill o gratinado, que usa calor directo desde arriba para dorar los alimentos. Asegúrate de usar esta función, ya que el microondas en su función normal no puede conseguir ese acabado dorado y crujiente.
  2. Elige el recipiente adecuado Usar un recipiente adecuado es fundamental. Los platos de cerámica o vidrio son los mejores, ya que distribuyen el calor de manera uniforme. Evita los recipientes de plástico, ya que no son aptos para temperaturas altas y no logran un gratinado adecuado.
  3. Corta los ingredientes en trozos pequeños Si estás gratinando un plato con varios ingredientes, asegúrate de que estén cortados en tamaños uniformes. Esto permitirá que el calor llegue a cada trozo de manera pareja, obteniendo un gratinado más uniforme.
  4. No sobrecargues el plato A diferencia del horno, en el microondas el calor se distribuye de manera menos eficiente cuando el plato está demasiado lleno. Es mejor no sobrecargar el recipiente para que todos los ingredientes tengan espacio suficiente para gratinarse.
  5. Controla el tiempo de gratinado El gratinado en el microondas es muy rápido, así que es fundamental vigilar los tiempos. Unos pocos minutos son suficientes para que el queso se derrita y se dore. Ten cuidado de no dejar el plato demasiado tiempo, ya que el gratinado puede volverse seco o quemarse.
  6. Usa el queso adecuado El queso es un elemento clave en el gratinado, ya que proporciona la capa crujiente y dorada. Quesos como el mozzarella, el cheddar o el parmesano son ideales para gratinar, ya que se derriten y se doran fácilmente. Si quieres un extra de sabor y textura, mezcla varios tipos de queso.

Recetas fáciles para gratinar en el microondas

Te damos 3 recetas para que pongas en práctica nuestros trucos:

1. Pasta con boloñesa y queso

Si tienes poco tiempo pero quieres disfrutar de una pasta gratinada, esta receta es perfecta para el microondas. Solo necesitas tu pasta preferida, Salsa boloñesa con carne Hida y un buen puñado de queso mozzarella. Coloca las capas en un recipiente apto para microondas, cubre con el queso y utiliza la función de grill para gratinar. ¡En minutos tendrás un delicioso plato de pasta con una capa crujiente irresistible!

2. Gratinado de verduras con tomate frito

Corta tus verduras favoritas (por ejemplo, calabacín, berenjena o pimientos) y colócalas en un plato apto para microondas. Cubre con Tomate Frito Hida y un poco de queso rallado. Gratina en el microondas hasta que el queso se derrita y se dore. Es una receta fácil, saludable y rápida para acompañar cualquier comida.

3. Patatas gratinadas con cebolla caramelizada

Prepara unas patatas en rodajas finas y colócalas en un recipiente apto para microondas. Añade Cebolla Caramelizada Hida por encima, cubre con queso rallado y usa la función de grill del microondas. En solo unos minutos tendrás unas patatas gratinadas perfectas para acompañar carnes o como plato principal.

¿Cuánto tiempo gratinar en el microondas?

El tiempo de gratinado depende de la cantidad de comida y el tipo de microondas que utilices. En general, el gratinado en el microondas no debe superar los 5-6 minutos. Es importante revisar el proceso y detenerlo cuando el queso esté dorado y burbujeante. Si tu microondas no tiene función de grill, prueba a usar la máxima potencia durante un corto tiempo.

Gratinar en el microondas es una manera rápida y sencilla de obtener una capa dorada y crujiente en tus platos sin tener que usar el horno. Con la función de grill, un buen queso y unos minutos, puedes disfrutar de deliciosos gratinados en tiempo récord. Así que la próxima vez que quieras un gratinado perfecto pero rápido, no dudes en probar tu microondas.