La Nochebuena es uno de los momentos más especiales del año, pero también uno de los que más presión genera en la cocina. Entre compras de última hora, recetas que requieren tiempo y la responsabilidad de que todo esté perfecto, es normal sentir cierto agobio. Sin embargo, una cena navideña no tiene por qué convertirse en una carrera contrarreloj: con una buena planificación y algunas decisiones inteligentes, es posible disfrutar de una Nochebuena tranquila, sabrosa y organizada.

Te contamos cómo preparar una cena de Nochebuena sin estrés, con trucos prácticos, sugerencias de menú y estrategias para que puedas centrarte en lo más importante: disfrutar de la compañía.

1. Empieza por un menú realista

El primer paso para evitar el estrés es diseñar un menú sencillo, equilibrado y asumible. Muchos de los agobios navideños nacen de querer abarcar demasiadas elaboraciones o apostar por recetas excesivamente complejas. No hace falta crear un banquete interminable: basta con elegir platos sabrosos, con ingredientes de calidad y con procesos de cocina que no te obliguen a estar toda la tarde pendiente de la sartén.

Una buena estrategia es optar por:

  • un entrante frío que puedas dejar preparado por la mañana;
  • un plato principal al horno o que se cocine prácticamente solo;
  • un acompañamiento fácil como verduras asadas o puré;
  • un postre que no requiera montaje final.

Recuerda: menos es más. Lo que todos quieren en Nochebuena es compartir un buen rato, no necesariamente una mesa complicada.

2. Prepara parte del menú el día anterior

Una de las claves para una cena de Nochebuena sin estrés es adelantar trabajo. Muchas elaboraciones mejoran incluso al día siguiente.

Puedes dejar listo con antelación:

  • cremas de verduras;
  • salsas caseras o bases para guisos;
  • entrantes fríos o canapés parcialmente montados;
  • bizcochos o tartas que solo requieran reposo;
  • verduras cortadas listas para hornear.

Los productos de calidad ya preparados (como sofritos, pistos o cebolla frita) también ayudan a reducir tiempo sin renunciar a un resultado casero y sabroso. Cuanto más puedas hacer el día anterior, más ligera será tu cocina el día 24.

3. Utiliza recetas que se cocinen “solas”

Escoge platos que no requieran atención constante, de modo que no tengas que estar pendiente del fuego mientras tus invitados disfrutan. Asados de carne o pescado, verduras al horno o cremas preparadas con antelación son soluciones ideales para este tipo de cenas.

El horno, en particular, es un gran aliado: mientras el plato principal se cocina, puedes dedicarte a los aperitivos, a poner la mesa o simplemente relajarte.

4. Apóyate en ingredientes de calidad ya preparados

No hace falta hacerlo absolutamente todo desde cero para que una cena navideña sea especial. Combinar tus recetas caseras con productos ya elaborados con ingredientes naturales es una forma inteligente de ganar tiempo y reducir errores.

Ejemplos útiles:

  • un solomillo al horno acompañado de un pisto suave;
  • canapés con cebolla frita y queso;
  • hojaldres rellenos de sofrito de verduras;
  • salsas listas elaboradas con tomate natural.

Aprovechar estos recursos permite centrarte en los detalles que realmente hacen la noche agradable.

5. Simplifica la presentación de los platos

La presión navideña suele venir también de querer que todo luzca perfecto. Sin embargo, no necesitas emplatados complicados para que la cena sea especial. Mantener la presentación sencilla y elegante reduce trabajo, evita montajes delicados y hace que todo fluya mejor.

Ideas prácticas:

  • servir en bandejas amplias para compartir;
  • utilizar fuentes rústicas para un efecto acogedor;
  • evitar decoraciones que requieran montaje de última hora;
  • apostar por guarniciones que se sirvan en el centro de la mesa.

Una presentación simple puede resultar igual de bonita y, sobre todo, mucho más relajada para quien cocina.

6. Organiza la mesa con antelación

No esperes al último momento para poner la mesa. Prepararla por la mañana o incluso el día anterior te ahorra tiempo y te permite centrarte en la cocina y los invitados.

Ten a mano:

  • platos y cubiertos adicionales,
  • jarras de agua y copas listas,
  • servilletas dobladas,
  • velas o un centro sencillo.

Cuanto más avances, más cómoda y fluida será la velada.

7. Involucra a la familia

La cena de Nochebuena no debería depender solo de una persona. Repartir pequeñas tareas genera implicación y reduce presión. Los niños pueden ayudar a poner servilletas o decorar la mesa, mientras otros se ocupan de bebidas, horno o música ambiente.

Cocinar juntos, incluso si son tareas pequeñas, forma parte del encanto de estas fechas.

8. Ten un plan B por si algo falla

Incluso con una buena planificación, puede haber imprevistos. Tener alternativas evita que el estrés te alcance. Algunas ideas:

  • una crema de verduras lista para calentar;
  • una ensalada rápida;
  • un hojaldre sencillo con ingredientes que ya tengas preparados;
  • un pisto versátil que pueda servir como acompañamiento de emergencia.

Con un par de soluciones extra, nada puede arruinar la noche.

Preparar una cena de Nochebuena sin estrés es posible si eliges un menú realista, adelantas parte del trabajo, te apoyas en productos de calidad, simplificas la presentación y organizas bien la mesa. La clave está en disfrutar del proceso, no en complicarse innecesariamente.

La Navidad es un momento para compartir, reconectar y celebrar. Si la cocina se convierte en un espacio agradable y bien planificado, la noche será mucho más especial para todos.

La gastronomía francesa es una de las más admiradas del mundo. Su tradición culinaria combina técnica, delicadeza y productos de calidad, dando lugar a una cocina única donde lo sencillo se vuelve exquisito. Pero disfrutar de recetas de inspiración francesa no requiere complicaciones: con buenos ingredientes y algunos trucos, puedes preparar platos deliciosos en casa sin necesidad de dominar técnicas avanzadas.

Hoy te presentamos cinco recetas francesas, elaboradas con productos Hida que aportan sabor casero y simplifican los procesos sin renunciar a la esencia, para que hagas un viaje culinario por Francia sin salir de tu cocina.

1. Crepes rellenos de Dulce de Boniato y miel

Delicados, dulces y cremosos: así son estos crepes rellenos con Dulce de Boniato Hida, una propuesta perfecta tanto para desayunos como para meriendas. La suavidad del crepe y la textura del boniato crean una combinación irresistible.

Tiempo: 20 min
Dificultad: Fácil
Comensales: 6 personas

Ingredientes

  • 6 cucharadas de Dulce de Boniato Hida
  • 240 ml de leche
  • 140 g de harina
  • 1 cucharada de mantequilla
  • 2 huevos
  • 2 cucharadas de azúcar
  • Una pizca de sal
  • Miel

Preparación

  1. En un vaso de batidora, mezcla la harina, la leche, los huevos, la sal y el azúcar. Bate hasta obtener una masa lisa sin grumos.
  2. Unta con mantequilla una sartén y, cuando se derrita, añade un cazo de masa. Cocina hasta que aparezcan burbujas y dale la vuelta para dorarla por el otro lado.
  3. Repite el proceso hasta terminar la masa.
  4. Unta cada crepe con Dulce de Boniato Hida, pliega y sirve con un hilo de miel por encima.

2. Quiche de calabacín y queso

La quiche es uno de los platos más emblemáticos de la gastronomía francesa. En esta versión, utilizamos sofrito de Calabacín y Cebolla Hida para obtener una base llena de sabor sin necesidad de cortar ni pochar verduras. El resultado es una quiche cremosa, equilibrada y perfecta para comidas o cenas.

Tiempo: 1 h
Dificultad: Fácil
Comensales: 7 personas

Ingredientes

  • 1 lámina de masa quebrada
  • 1 bote de Sofrito de Calabacín y Cebolla Hida
  • 50 g de bacon
  • 3 huevos
  • 200 ml de nata para cocinar
  • 5 rodajas de queso de cabra
  • Aceite de oliva

Preparación

  1. En una sartén, calienta un chorro de aceite y añade el sofrito de Calabacín y Cebolla Hida. Cocina un par de minutos.
  2. Incorpora el bacon y saltea brevemente. Retira del fuego.
  3. En un bol, bate los huevos, añade la nata y mezcla bien. Incorpora el sofrito con bacon y remueve.
  4. Coloca la masa quebrada en un molde y pincha su base. Vierte dentro la mezcla y distribuye las rodajas de queso de cabra por encima.
  5. Hornea 50-60 minutos a 180 ºC.

Con un bote de 340 g de Sofrito de Calabacín y Cebolla Hida puedes preparar 6-8 raciones de quiche.

3. Galette de Cebolla Frita gratinada

La galette es una preparación rústica francesa que permite jugar con infinidad de rellenos. En esta versión, combinamos la dulzura natural de la Cebolla Frita Hida con el toque intenso del queso gruyere para obtener un contraste perfecto.

Tiempo: 40 min
Dificultad: Fácil
Comensales: 4 personas

Ingredientes

  • 1 lámina de masa quebrada
  • 200 g de Cebolla Frita Hida
  • 4 cucharadas de queso gruyere rallado
  • Pimienta molida
  • 1 huevo batido

Preparación

  1. Extiende la masa quebrada sobre una bandeja de horno.
  2. Coloca la Cebolla Frita Hida en el centro y repártela sin llegar a los bordes.
  3. Añade el queso gruyere y pliega los bordes hacia dentro.
  4. Unta los bordes con huevo batido y espolvorea con pimienta.
  5. Hornea a 200 ºC hasta que esté dorada y el queso se haya fundido.

4. Volovanes de pisto con ventresca

Un aperitivo elegante, sencillo y muy francés. Los volovanes son un clásico de la cocina gala, y aquí los rellenamos con Pisto ecológico Hida y ventresca para un bocado lleno de sabor.

Tiempo: 15 min
Dificultad: Fácil
Comensales: 4 personas

Ingredientes

  • 8 cucharadas de Pisto ecológico Hida
  • 4 volovanes
  • 1 lata de ventresca en aceite de oliva
  • Cebollino fresco picado

Preparación

  1. Calienta el pisto en una sartén a fuego medio.
  2. Rellena los volovanes con dos cucharadas de Pisto ecológico Hida.
  3. Añade filetes de ventresca sobre cada volován.
  4. Finaliza con cebollino fresco picado.

5. Minicruasanes rellenos de Salsa Napolitana

Los cruasanes son uno de los símbolos de Francia, y en esta versión salada utilizamos Salsa Napolitana Hida para aportar un toque fresco y mediterráneo. Perfectos para reuniones o como entrante ligero.

Tiempo: 30 min
Dificultad: Fácil
Comensales: 7 personas

Ingredientes

  • 1 plancha de hojaldre
  • Queso para gratinar
  • 1 bote de Salsa Napolitana Hida
  • 1 huevo

Preparación

  1. Extiende la plancha de hojaldre y córtala en triángulos.
  2. Añade una cucharadita de Salsa Napolitana Hida en cada triángulo.
  3. Coloca un poco de queso rallado y enrolla dándoles forma de cruasan.
  4. Pinta con huevo batido y hornea a 200 ºC hasta que doren.

Con un bote de 350 g de Salsa Napolitana Hida puedes preparar unas 4 raciones de 16 cruasanes.

La gastronomía francesa es una fuente inagotable de inspiración, y estas recetas demuestran que no hace falta complicarse para disfrutar de platos con sabor europeo y toque casero. Con productos Hida como el Dulce de Boniato, el Sofrito de Calabacín y Cebolla, la Cebolla Frita, el Pisto ecológico o la Salsa Napolitana, preparar estas recetas francesas es más fácil que nunca.

Cinco propuestas sencillas, rápidas y llenas de sabor para viajar a Francia sin moverte de la cocina.

Seguro que alguna vez has pasado cerca de una panadería y, de repente, has sentido hambre aunque no pensabas comer. El olor a pan recién hecho, a café recién molido o a guiso casero puede despertar el apetito de manera inmediata. No es casualidad. La ciencia ha demostrado que el olfato influye directamente en nuestro apetito y puede hacer que comamos más de lo que teníamos previsto.

En este artículo vamos a descubrir por qué ocurre esto, qué olores son los más poderosos y cómo podemos gestionarlos para no caer siempre en la tentación.

El papel del olfato en nuestra alimentación

El olfato está íntimamente ligado al gusto. De hecho, hasta un 80% de lo que percibimos como sabor proviene en realidad de los aromas. Por eso, cuando estamos resfriados y se nos tapa la nariz, la comida nos sabe “a poco”.

Cuando olemos un alimento, nuestro cerebro recibe señales que activan el sistema límbico, encargado de las emociones y la memoria. Es decir, un aroma no solo nos recuerda un sabor, también puede despertar recuerdos y emociones asociadas. Esa conexión emocional explica por qué ciertos olores nos hacen sentir hambre o incluso nostalgia.

Olores que despiertan el apetito

No todos los aromas tienen el mismo efecto. Algunos, por su composición química o por la carga cultural que arrastran, tienen un poder especial para estimularnos:

1. Pan recién horneado

El olor del pan es uno de los más universales a la hora de abrir el apetito. El calor libera compuestos aromáticos como la maltol y el furano, responsables de ese aroma dulce y tostado que nos resulta tan familiar.

2. Café recién hecho

El café no solo activa por la cafeína, también por su fragancia. Sus más de 800 compuestos aromáticos estimulan el cerebro y transmiten energía incluso antes del primer sorbo.

3. Tomate cocinado lentamente

Un sofrito casero desprende un aroma irresistible gracias a la combinación del tomate, la cebolla y el aceite de oliva. Ese olor, presente en tantas cocinas mediterráneas, nos remite a platos caseros y familiares.

4. Chocolate y repostería

Los dulces activan las áreas del cerebro relacionadas con la recompensa. El simple olor a bizcocho o chocolate caliente puede aumentar el deseo de comer, incluso si no tenemos hambre real.

La memoria olfativa: hambre por recuerdo

Otro factor clave es la memoria olfativa. El olfato tiene conexión directa con el hipocampo, la parte del cerebro encargada de almacenar recuerdos. Por eso, al oler una comida concreta, podemos revivir momentos de infancia o situaciones felices asociadas a ella.

Ejemplo: el aroma a guiso con sofrito puede recordarnos a la cocina de la abuela y despertar un apetito emocional, más ligado a la nostalgia que a una necesidad real de comer.

Estrategias de la industria alimentaria

No es casualidad que muchas panaderías liberen olores de pan recién hecho a la calle o que en los supermercados se ubiquen zonas de pastelería en lugares estratégicos. El marketing olfativo utiliza estos estímulos para incitar al consumo.

En restaurantes y cadenas de comida rápida, también se emplea esta técnica: olores intensos y fácilmente reconocibles que despiertan la sensación de hambre incluso en quienes no pensaban comer.

¿Podemos controlar estos impulsos?

Aunque los olores influyen en nuestro apetito, no significa que estemos indefensos:

  • Identificar el estímulo: reconocer que el hambre que sentimos es provocado por un aroma, no por necesidad real.
  • Respirar profundo y esperar: muchas veces la intensidad del estímulo disminuye en pocos minutos.
  • Planificar las comidas: si tenemos horarios estables y una dieta equilibrada, será más fácil resistir estos impulsos.
  • Aprovechar olores saludables: llenar la cocina de aromas de hierbas frescas, sopas o guisos caseros puede ayudarnos a comer mejor en lugar de peor.

La respuesta a por qué ciertos olores nos hacen comer más está en la unión de biología y emoción. El olfato activa nuestro cerebro, despierta recuerdos y genera apetito incluso cuando no lo necesitamos. Aromas como el pan, el café, el chocolate o el sofrito son auténticos detonantes de hambre.

Ser conscientes de este poder nos permite disfrutar más de la comida y, al mismo tiempo, aprender a gestionar mejor nuestras decisiones alimentarias. Porque al final, los olores no solo llenan la cocina: también influyen en nuestra mente y en nuestra relación con la comida.

El otoño trae consigo días más cortos, temperaturas más frescas y el regreso de uno de los ingredientes estrella de la temporada: la calabaza. Su sabor dulce, su textura cremosa y su versatilidad en la cocina la convierten en una auténtica protagonista de esta estación.

Si estás buscando ideas diferentes para sacarle partido, aquí encontrarás recetas fáciles con calabaza que no requieren complicaciones y que llenarán tu mesa de color, aroma y sabor reconfortante. Y lo mejor: podrás darles un toque casero extra con productos Hida que realzan cada preparación.

1. Crema de calabaza y sofrito casero

Una receta clásica del otoño, perfecta para las cenas en familia.

Recetas fáciles con calabaza para este otoño: Crema de calabaza y sofrito casero

Ingredientes:

  • 600 g de calabaza pelada y troceada.
  • 1 litro de caldo de verduras.
  • 2 cucharadas de Sofrito de Tomate y Cebolla Hida.
  • Un chorrito de nata líquida o leche evaporada (opcional).
  • Sal, pimienta y nuez moscada.

Preparación:

  1. Cuece la calabaza en el caldo de verduras hasta que esté tierna.
  2. Añade el Sofrito Tomate y Cebolla Hida y tritura hasta obtener una textura cremosa.
  3. Rectifica de sal y pimienta, y añade un toque de nuez moscada.
  4. Si quieres una crema más suave, incorpora un poco de nata líquida.

El sofrito potencia el sabor de la calabaza y reduce el tiempo en la cocina, manteniendo un resultado casero y delicioso.

2. Risotto de calabaza con cebolla frita

Un plato cremoso y elegante que se prepara en pocos pasos.

Recetas fáciles con calabaza para este otoño: Risotto de calabaza con cebolla frita

Ingredientes:

  • 300 g de arroz arborio o carnaroli.
  • 400 g de calabaza en dados pequeños.
  • 1 litro de caldo caliente.
  • 2 cucharadas de mantequilla.
  • 50 g de parmesano rallado.
  • 2 cucharadas de Cebolla Frita Hida.

Preparación:

  1. En una cazuela amplia, sofríe ligeramente la calabaza en mantequilla hasta que esté tierna.
  2. Añade el arroz y rehoga un minuto para sellarlo.
  3. Incorpora el caldo poco a poco, removiendo constantemente hasta que el arroz esté meloso y en su punto.
  4. Añade la Cebolla Frita Hida y remueve bien: su textura suave y su sabor caramelizado aportarán profundidad y un toque dulce al risotto.
  5. Agrega el parmesano y mezcla hasta obtener una crema homogénea y brillante.

Un risotto con sabor otoñal y una textura irresistible que sorprenderá a toda la familia.

3. Tosta de calabaza asada con tomate frito y queso fresco

Ideal como entrante o cena ligera.

Recetas fáciles con calabaza para este otoño: Tosta de calabaza con tomate frito y queso

Ingredientes:

  • Rebanadas de pan rústico.
  • Rodajas de calabaza asada.
  • Tomate Frito Hida 0%.
  • Queso fresco o ricotta.
  • Hojas de rúcula.

Preparación:

  1. Asa las rodajas de calabaza en el horno con un chorrito de aceite de oliva hasta que estén doradas.
  2. Tuesta el pan y unta una capa de Tomate Frito Hida.
  3. Coloca la calabaza asada, añade trozos de queso fresco y unas hojas de rúcula.

Un aperitivo sencillo y saludable que combina la dulzura de la calabaza con la acidez suave del tomate frito y la frescura del queso.

4. Bizcocho de calabaza con corazón de dulce de boniato

Porque la calabaza también brilla en la repostería.

Recetas fáciles con calabaza para este otoño: Bizcocho de calabaza con corazón de dulce de boniato

Ingredientes:

  • 300 g de puré de calabaza.
  • 200 g de dulce de boniato.
  • 250 g de harina.
  • 180 g de azúcar moreno.
  • 3 huevos.
  • 100 ml de aceite de oliva suave.
  • 1 sobre de levadura.
  • Canela, jengibre y nuez moscada al gusto.

Preparación:

  1. Mezcla los huevos con el azúcar y el aceite hasta obtener una masa homogénea.
  2. Incorpora el puré de calabaza y las especias.
  3. Añade la harina con la levadura tamizada y mezcla bien.
  4. Vierte la mitad de la masa en un molde engrasado, coloca una capa generosa de dulce de boniato en el centro y cubre con el resto de la masa.
  5. Hornea a 180ºC durante 40-45 minutos, hasta que al pinchar con un palillo salga limpio.

El resultado es un bizcocho tierno y aromático, con un relleno cremoso de dulce de boniato que lo convierte en la estrella de las meriendas otoñales.

Consejos para cocinar con calabaza

  • Elige la variedad adecuada: la calabaza butternut es ideal para cremas, mientras que la potimarrón aporta un sabor más intenso.
  • Aprovecha al máximo: las semillas tostadas también son un snack saludable y lleno de nutrientes.
  • Combínala con especias: la calabaza marida de maravilla con canela, jengibre, curry o nuez moscada.
  • Adelanta trabajo: cocina y congela puré de calabaza para tenerlo siempre listo como base de cremas, bizcochos o salsas.

La calabaza es el ingrediente perfecto para llenar tu mesa de recetas fáciles, reconfortantes y llenas de sabor en otoño. Desde la clásica crema hasta un risotto cremoso, pasando por tostas originales o un bizcocho especiado, este fruto se adapta a cualquier ocasión.

Y con el toque de productos Hida como el Sofrito de Tomate y Cebolla, la Cebolla Frita o el Tomate Frito 0%, cocinar con calabaza no solo será sencillo, sino también una experiencia deliciosa y práctica.

Este otoño, anímate a probar estas recetas fáciles con calabaza y redescúbrela como nunca antes.

Vivimos en una sociedad acelerada. El trabajo, los estudios, los niños, las obligaciones diarias… todo parece exigir inmediatez. Y, en medio de ese ritmo, la cocina muchas veces se convierte en un trámite más que en un placer. Cocinamos con prisa, mirando el móvil, pensando en lo siguiente que tenemos que hacer.

Aquí es donde entra la cocina mindful o mindful cooking , una práctica que nos invita a volver al presente y disfrutar del acto de cocinar como una experiencia en sí misma, no solo como un medio para tener la comida lista. Pero, ¿cómo hacerlo si no tenemos tiempo? En este artículo te contamos qué es la cocina mindful y cómo incorporarla incluso en tu rutina más agitada.

¿Qué es la cocina mindful?

El concepto de mindfulness hace referencia a prestar atención plena al momento presente, sin juicios y con una actitud abierta. Aplicado a la cocina, significa cocinar con consciencia:

  • Prestar atención a los colores, texturas y olores de los ingredientes.
  • Cocinar sin prisas mentales, aunque el reloj corra.
  • Disfrutar de cada paso del proceso, desde cortar verduras hasta servir el plato.

En definitiva, se trata de transformar la cocina en un espacio de calma, creatividad y disfrute, aunque sea solo durante unos minutos al día.

Beneficios de la cocina mindful

  • Reduce el estrés: centrarte en una tarea sencilla como cortar o remover te ayuda a desconectar de preocupaciones.
  • Fomenta hábitos saludables: al estar más presente, eliges mejor los ingredientes y evitas caer en ultraprocesados.
  • Mejora la relación con la comida: aprecias más el sabor y disfrutas de porciones equilibradas.
  • Crea momentos de conexión: cocinar en familia o en pareja se convierte en un ritual compartido.

Cómo practicar cocina mindful en tiempos de prisa

La pregunta clave es: ¿cómo disfrutar cocinando cuando apenas hay tiempo? La buena noticia es que no necesitas horas libres, solo un pequeño cambio de mentalidad y algunos trucos prácticos:

1. Empieza con la preparación

En lugar de abrir la nevera con prisa, dedica un momento a observar los ingredientes. Huele el tomate, siente la textura del pan, escucha cómo cruje la cebolla al cortarla. Esa breve pausa cambia tu enfoque.

2. Simplifica tus recetas

No necesitas elaboraciones complicadas. Platos sencillos como un sofrito de verduras con pasta, una tostada de pan integral con tomate rallado o un hummus casero pueden convertirse en momentos mindful si prestas atención a su preparación.

3. Respira entre pasos

Mientras hierve el agua o se dora el sofrito, en lugar de sacar el móvil, respira profundo y disfruta de la pausa. Estos segundos son tuyos.

4. Usa productos que te lo pongan fácil

Tener a mano básicos de calidad como Tomate Frito Hida, sofrito casero o cebolla frita te ayuda a ahorrar tiempo sin renunciar al sabor auténtico. De esta forma, puedes centrarte en disfrutar del proceso sin estrés añadido.

5. Crea un ambiente agradable

Pon música suave, abre la ventana para dejar entrar el aire fresco o utiliza tu delantal favorito. Son detalles que convierten la rutina en un ritual.

Ejemplos de recetas mindful rápidas

  • Crema de calabacín y sofrito casero Hida: mientras se cuece el calabacín, escucha el burbujeo, huele el vapor y observa cómo cambia el color de la verdura. Añade sofrito casero para potenciar el sabor sin esfuerzo.
  • Tostadas de pan con tomate frito y albahaca fresca: presta atención al crujido del pan al cortarlo y al aroma de la albahaca al romperse.
  • Arroz salteado con verduras y cebolla frita Hida: observa cómo se doran las verduras en la sartén y escucha el chisporroteo mientras añades la cebolla frita crujiente.

Lo importante no es la sofisticación del plato, sino la actitud con la que lo preparas.

Consejos finales para integrar la cocina mindful en tu día a día

  • No te exijas perfección: incluso 5 minutos de atención plena ya marcan la diferencia.
  • Convierte la cocina en un refugio: piensa en ella como tu espacio de desconexión, no como una obligación.
  • Celebra lo sencillo: una ensalada con ingredientes frescos puede ser tan especial como una receta elaborada.
  • Come con atención: si cocinaste mindful, siéntate a comer de la misma manera: sin pantallas, saboreando cada bocado.

La cocina mindful no consiste en cocinar lento ni en tener horas libres, sino en cambiar la forma en que vivimos ese momento. Aunque tengas prisa, puedes transformar la rutina de preparar la comida en un ritual de calma y disfrute.

Con productos de calidad como los de Hida, que ahorran pasos sin renunciar al sabor casero, es más fácil enfocarte en lo importante: estar presente, conectar con los ingredientes y disfrutar del proceso.

Porque cocinar no es solo alimentar el cuerpo: es también nutrir la mente y el espíritu, incluso en los días más acelerados.

El tomate es hoy uno de los ingredientes más universales de la cocina. Lo encontramos en ensaladas, guisos, salsas, sopas, pizzas o incluso en zumos y cócteles. Pero no siempre fue así. La historia del tomate en la cocina está llena de curiosidades, viajes y transformaciones culturales que lo llevaron de ser una planta desconocida en América a convertirse en la base de miles de recetas en todo el mundo.

Vamos a recorrer su camino, desde los pueblos indígenas que lo cultivaban hasta su lugar privilegiado en la gastronomía mediterránea.

Orígenes en América

El tomate tiene su origen en la zona de Mesoamérica, principalmente en lo que hoy conocemos como México. Se cree que los aztecas ya lo cultivaban y lo llamaban xitomatl, que significa “fruto con ombligo”.

En aquella época, el tomate no se parecía del todo al que conocemos ahora: era más pequeño y de formas irregulares. Aun así, era muy valorado como alimento y formaba parte de salsas junto con chiles y hierbas aromáticas.

La llegada a Europa

El tomate llegó a Europa tras el descubrimiento de América, a finales del siglo XV y principios del XVI. Sin embargo, no fue recibido con entusiasmo. Al principio se cultivaba como planta ornamental, ya que su color rojo brillante llamaba la atención, pero muchos desconfiaban de su consumo porque se creía venenoso.

En países como España o Italia, poco a poco se comenzó a experimentar con él en la cocina. El clima mediterráneo resultó perfecto para su cultivo, y pronto se convirtió en un ingrediente indispensable en huertos y mercados.

El tomate en la cocina mediterránea

A partir del siglo XVIII, el tomate empezó a integrarse de lleno en la cocina mediterránea. En Italia se convirtió en protagonista de las primeras salsas que hoy asociamos a la pasta y a la pizza. En España, comenzó a usarse en guisos, sofritos y sopas como el gazpacho andaluz.

Fue precisamente el sofrito el que consolidó al tomate como ingrediente básico en la cocina española. Esa mezcla de tomate, cebolla y pimiento cocinados lentamente en aceite de oliva dio origen a infinidad de platos: desde paellas hasta guisos de carne o pescado.

Expansión mundial

Con el tiempo, el tomate cruzó fronteras y se adaptó a las costumbres culinarias de cada país. En Francia, por ejemplo, se convirtió en parte de salsas clásicas; en India, se integró en currys y platos especiados; y en Estados Unidos, terminó siendo el ingrediente estrella del ketchup.

Hoy no podemos imaginar una despensa sin tomates frescos o en conserva. Su versatilidad lo hace protagonista tanto de recetas sencillas del día a día como de elaboraciones gourmet.

Tomate fresco y tomate frito: evolución de un clásico

La historia del tomate en la cocina no estaría completa sin hablar de cómo ha evolucionado su consumo. Durante siglos, se utilizó fresco en ensaladas o guisos, pero con el tiempo surgió la necesidad de conservarlo para disponer de él durante todo el año.

De ahí nacieron las conservas y, más adelante, el tomate frito, una de las formas más prácticas y sabrosas de tener siempre a mano el sabor auténtico del tomate. Cocinado lentamente con aceite de oliva y sin perder su esencia casera, se ha convertido en la base de platos tan populares como la pasta, las albóndigas o las empanadas.

Curiosidades sobre el tomate

  • El tomate es, en realidad, una fruta, aunque se consume como verdura.
  • Existen más de 10.000 variedades en el mundo, desde los pequeños cherry hasta los grandes tomates de ensalada.
  • Fue en Italia donde se comenzó a llamar al tomate pomodoro (“manzana de oro”).
  • El gazpacho y el salmorejo, dos de las recetas españolas más internacionales, no existirían sin la llegada del tomate de América.

La historia del tomate en la cocina es la historia de cómo un fruto desconocido en Europa pasó a ser el ingrediente más versátil y universal de nuestra dieta. Desde las salsas aztecas hasta las pizzas italianas, pasando por el sofrito español o el ketchup estadounidense, el tomate ha demostrado ser mucho más que un simple alimento: es cultura, identidad y sabor.

Hoy, siglos después de su llegada a Europa, sigue siendo el rey de la mesa. Y gracias a su evolución en productos como el tomate frito casero, podemos disfrutarlo siempre con la comodidad de tenerlo listo para usar, sin renunciar a su esencia de toda la vida.

Porque en la cocina, si hay un ingrediente capaz de unir tradiciones y gustos en cualquier parte del mundo, ese es el tomate.

Hoy te llevamos de viaje culinario hasta México con estas tres recetas fáciles y rápidas inspiradas en la comida mexicana, pero con un toque muy nuestro: las conservas Hida con su sabor mediterráneo.

Estas propuestas son ideales para cenas informales, picoteos con amigos o simplemente para salir de la rutina sin pasarte horas en la cocina.

1. Tacos de boloñesa con carne

¡Una receta rápida con mucho sabor!

Solo se necesitan unos minutos para preparar unos tacos de escándalo usando una de nuestras mejores salsas: la boloñesa de carne. Pero si prefieres otro tipo de salsa Hida, puedes probar y hacer tu propia versión.

Tiempo: 15 minutos
Comensales: 4 personas
Dificultad: Fácil

Ingredientes:

  • 1 bote de salsa boloñesa Hida
  • 4 tortillas para tacos
  • 2 cogollos de lechuga
  • ½ cebolla morada
  • 1 puñado de queso Edam rallado
  • Jalapeño en rodajas
  • Aceite de oliva

Preparación:

  1. Calienta la salsa boloñesa con un chorrito de aceite de oliva a fuego suave.
  2. Lava y corta la lechuga en tiras y la cebolla en juliana.
  3. Rellena las tortillas con la salsa caliente, la lechuga, la cebolla, el queso y las rodajas de jalapeño.
  4. Sirve de inmediato (puedes calentar las tortillas previamente en sartén o microondas).

Truco: si te gusta el picante, añade un toque extra de jalapeños o unas gotas de salsa sriracha.

2. Burritos de soja texturizada, tomate y pimiento

Sencillos, sabrosos y… ¡Sin carne!

Una cena rápida, sabrosa y sorprendente con nuestro tomate frito ecológico con pimiento asado. Ideal para quienes buscan opciones vegetarianas sin renunciar al sabor.

Tiempo: 15 minutos
Comensales: 2 personas
Dificultad: Fácil

Ingredientes:

Preparación:

  1. Hidrata la soja texturizada con agua caliente.
  2. Saltea la cebolla y la zanahoria en aceite. Añade la salsa de soja y cocina unos minutos.
  3. Incorpora el tomate con pimiento asado y la soja escurrida. Cocina hasta que se integren bien.
  4. Rellena las tortillas con esta mezcla y enróllalas con cuidado.

Sirve con tu salsa favorita: yogur, guacamole o pico de gallo.

3. Nachos caseros con tomate y orégano

Un snack crujiente hecho en casa.

Olvídate de los nachos industriales. Esta versión casera se prepara en 15 minutos, tiene menos grasa y mucho más sabor, gracias al toque de nuestro tomate frito 0%.

Tiempo: 15 minutos
Comensales: 2 personas
Dificultad: Fácil

Ingredientes:

  • 2 cucharadas de Tomate Frito 0% Hida
  • 6 tortillas de maíz
  • 1 cucharadita de ajo en polvo
  • 1 cucharadita de orégano
  • 1 cucharada de aceite de oliva

Preparación:

  1. Mezcla el tomate con el ajo, el orégano y el aceite.
  2. Pinta las tortillas con esta mezcla y córtalas en triángulos.
  3. Coloca en una bandeja sin que se solapen y hornea 10 minutos a 180 ºC.
  4. Deja enfriar y sirve como snack o acompañamiento.

Sírvelos con guacamole, hummus o una crema de queso para mojar.

¿Te animas con estas recetas de comida mexicana?

Como ves, preparar recetas con inspiración mexicana no tiene por qué ser complicado. Con productos Hida como base y un poco de creatividad, puedes llenar tu mesa de color, sabor y originalidad.

¿Te animas a probar alguna de estas ideas?

¿Buscas ideas rápidas y sabrosas con lo justo y necesario? Estas recetas fáciles con 3 ingredientes son perfectas para cuando tienes poco tiempo y muchas ganas de comer bien.

Cocinar no tiene por qué ser complicado. A veces, con solo tres ingredientes y un buen producto de base, puedes conseguir platos riquísimos. En Hida lo sabemos bien, por eso hoy te traemos varias recetas que combinan nuestras conservas favoritas con ingredientes básicos que seguro tienes por casa.

1. Huevos al plato con tomate frito y guisantes

Una receta de toda la vida que nunca falla.

Necesitas:

Preparación:
Calienta el tomate frito en una sartén pequeña, añade los guisantes escurridos y casca uno o dos huevos por encima. Tapa y deja que cuajen al gusto. ¡Listo en menos de 10 minutos!

2. Tostadas con pisto, atún y huevo duro

Ideal para cenas rápidas o brunch.

Necesitas:

Preparación:
Tuesta el pan, coloca una base de pisto caliente, añade atún escurrido y rodajas de huevo duro. Un poco de sal y aceite de oliva… ¡y a disfrutar!

3. Empanadillas de calabacín y cebolla con queso de cabra

Una opción vegana y sabrosísima.

Necesitas:

Preparación:
Rellena las obleas con el Calabacín y cebolla Hida, y el queso de cabra desmigado. Cierra, pincela con huevo y hornea o fríe hasta dorar. ¡Ideales para toda la familia!

4. Quesadillas con tomate frito

Para cuando no tienes ganas de cocinar, pero quieres algo rico.

Necesitas:

  • Tomate Frito Hida
  • Tortillas de trigo
  • Queso rallado o en lonchas (el que tengas)

Preparación:
Unta una tortilla con tomate frito, coloca el queso y el jamón, cubre con otra tortilla y tuesta en sartén hasta que esté crujiente por fuera y fundente por dentro. ¡Si tienes un poco de jamón serrano, puedes añadirlo para darle un toque irresistible!

5. Sándwich caliente de cebolla frita, pollo y queso

Una receta de aprovechamiento que sabe a gloria.

Necesitas:

Preparación:
Monta el sándwich con pollo y queso, añade cebolla frita por dentro y tuéstalo en sartén o sandwichera. Crujiente, jugoso y muy reconfortante.

Las conservas Hida son perfectas para improvisar comidas fáciles y sabrosas. Tener un tarro de tomate frito o cebolla frita en la despensa es como tener un as bajo la manga: te sacan de cualquier apuro con sabor casero y sin complicaciones.

¿Te animas a probar alguna de estas recetas fáciles con 3 ingredientes? Toma nota para inspirarte cuando no sepas qué cocinar y solo tengas tres cosas en la nevera.

Estás preparando una receta y llega el momento de añadir el tomate… pero te encuentras con varias opciones: frito, triturado, sofrito. ¿Cuál elegir? Aunque todos vienen del mismo ingrediente base, cada uno tiene un uso diferente en la cocina. Y saber cuándo usar uno u otro puede cambiar totalmente el resultado de tu plato.

Hoy te contamos en qué se diferencian, cómo se usa cada uno y qué recetas combinan mejor con cada tipo.

Tomate frito: sabor cocinado y textura suave

El tomate frito es probablemente el más conocido. Se trata de un tomate que ya ha sido cocinado con aceite (a veces también con cebolla o azúcar), por lo que tiene un sabor más redondo y dulce, y una textura más homogénea.

Es ideal para platos rápidos o para esos días en los que no te apetece complicarte demasiado.

¿Cuándo usarlo?

  • Para acompañar pasta, albóndigas o huevos
  • Como base rápida para una pizza
  • Para añadir directamente a una tosta o bocadillo
  • Para dar un toque sabroso a un arroz sin tener que cocinar el tomate desde cero

Perfecto si quieres un resultado casero sin invertir tiempo en la cocina.

Tomate triturado: el más natural y versátil

El tomate triturado es simplemente tomate pelado, crudo y molido. Tiene una textura más líquida y contiene pequeñas semillas y pieles, lo que le da un aire más rústico. No lleva cocción previa, así que necesita tiempo al fuego para que pierda la acidez natural y se concentre el sabor.

¿Cuándo usarlo?

  • Si vas a hacer una salsa casera desde cero
  • En guisos y estofados que necesitan cocción larga
  • Para platos que quieras personalizar con tus propias especias y verduras
  • En conservas caseras o preparaciones tradicionales

Es la opción ideal si te gusta cocinar a fuego lento y controlar cada paso del proceso.

Sofrito: base de sabor con verduras

El sofrito es una preparación más completa. Suele llevar tomate, cebolla, pimiento e incluso ajo, todo pochado en aceite y cocinado con calma. Es la base de muchísimas recetas mediterráneas, y su gran ventaja es que te ahorra tiempo y trabajo: ya tiene el sabor integrado. https://hida.es/productos/sofritos-caseros/sofrito-de-tomate-y-cebolla/

¿Cuándo usarlo?

  • Para empezar una paella o un arroz meloso
  • En platos de cuchara como lentejas, garbanzos o potajes
  • En guisos de carne o pescado
  • Para enriquecer una salsa de tomate básica

Si buscas profundidad de sabor sin partir de cero, el sofrito es la mejor elección.

¿Cuál me conviene en cada receta?

Podemos resumirlo así:

  • Si quieres algo rápido y ya cocinado, opta por el tomate frito.
  • Si prefieres partir de una base neutra para cocinar tú, elige tomate triturado.
  • Si lo que buscas es un fondo sabroso y elaborado, apuesta por el sofrito.

Cada tipo tiene su momento perfecto, y cuanto más lo uses, más fácil te resultará decidir cuál necesitas.

¿Y si quiero ir a lo seguro?

En Hida elaboramos tomate frito, triturado y sofrito como lo harías tú en casa: con ingredientes naturales, cocinados a fuego lento y sin aditivos innecesarios. Para que, sea cual sea el tipo de receta, tengas siempre a mano la opción más rica y práctica.

Porque cocinar con sabor casero… no debería costarte tanto.

Si te apasiona viajar a través del paladar, estás en el lugar adecuado. Hoy en Comidas del mundo, cruzamos la frontera hasta Portugal para redescubrir algunos de sus platos más emblemáticos. Pero no lo haremos solos: los reinventamos con un toque Hida que respeta su esencia y potencia su sabor.

Te traemos tres recetas portuguesas irresistibles que puedes preparar en casa fácilmente gracias a nuestra gama de productos. ¡Toma nota y prepárate para saborear Portugal sin salir de tu cocina!

Bacalhau à Brás con cebolla frita Hida

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Un clásico lisboeta por excelencia. Esta receta combina bacalao desmigado, patata paja y huevo, todo ligado por una base de cebolla pochada. Nosotros le damos un giro práctico y sabroso utilizando Cebolla Frita Hida.

Ingredientes:

  • Bacalao desalado desmigado
  • Patatas paja (pueden ser compradas o hechas en casa)
  • Huevos
  • Cebolla Frita Hida
  • Aceite de oliva
  • Perejil fresco
  • Aceitunas negras

¿Cómo lo hacemos?

  1. En una sartén con un poco de aceite, calienta la Cebolla Frita Hida.
  2. Añade el bacalao y rehoga unos minutos.
  3. Incorpora las patatas paja y mezcla bien.
  4. Bate los huevos e intégralos en la mezcla, removiendo hasta que cuajen ligeramente.
  5. Decora con perejil y aceitunas. ¡Listo para servir!

El resultado es jugoso, equilibrado y muy rápido de preparar.

Francesinha con tomate frito estilo casero Hida

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Este sándwich típico de Oporto es una auténtica bomba de sabor. Lleno de carnes, queso fundido y una salsa espesa con cerveza y tomate, la Francesinha se convierte en una delicia aún más práctica al incorporar nuestro Tomate Frito Estilo Casero Hida en la salsa.

Ingredientes:

  • Pan de molde grueso
  • Filetes de ternera
  • Salchichas o chorizo
  • Jamón cocido
  • Queso para fundir
  • Tomate Frito Estilo Casero Hida
  • Cerveza, caldo, mostaza, guindilla, mantequilla y especias (para la salsa)

¿Cómo lo hacemos?

  1. Cocina las carnes a la plancha y monta el sándwich por capas.
  2. Cubre completamente con lonchas de queso y gratina en el horno.
  3. Para la salsa: sofríe un poco de cebolla y ajo, añade cerveza, caldo, mostaza, salsa Worcestershire y el Tomate Frito Hida. Cocina y tritura hasta lograr una salsa espesa.
  4. Baña la francesinha con la salsa bien caliente.

Una fusión perfecta entre tradición e innovación… ¡y con mucho queso!

Polvo à lagareiro con cama de pisto Hida

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El pulpo al estilo lagareiro es una receta sencilla, pero elegante. Tradicionalmente se sirve con patatas al horno y mucho aceite de oliva. Nosotros le añadimos una cama de pisto Hida para intensificar sabores y darle un giro vegetal delicioso.

Ingredientes:

  • Pulpo cocido
  • Patatas pequeñas
  • Ajo y aceite de oliva
  • Perejil
  • Pisto Hida

¿Cómo lo hacemos?

  1. Hornea las patatas con piel hasta que estén tiernas.
  2. Asa el pulpo en el horno con aceite y ajos laminados.
  3. Calienta el Pisto Hida y sírvelo como base del plato.
  4. Coloca el pulpo sobre el pisto, añade las patatas y riega con aceite de oliva crudo y perejil picado.

Un plato que respira mar y huerta a partes iguales.

Las recetas portuguesas tienen una personalidad única: son reconfortantes, intensas y llenas de historia. Y con productos como los de Hida, puedes cocinarlas con facilidad sin renunciar al sabor auténtico. Ya sea el dulzor equilibrado del tomate frito, la suavidad de nuestro pisto o la comodidad de usar cebolla ya pochada, siempre hay una forma de darle un toque Hida a tus platos internacionales.

¿Te animas a probar alguna?