Hablar de alimentación saludable no solo implica comer bien, sino también masticar adecuadamente los alimentos. La forma en la que los ingerimos definirá la manera de aprovechar todos sus beneficios. Por lo que, como nos gusta cuidarte, en este post te damos algunos consejos para enseñarte a masticar bien las comidas. ¡Presta mucha atención!
Respira
Es curioso el hecho de que los niños, en general, suelen comer mucho más tranquilos que la mayoría de los adultos. Para ellos es instintivo mantener el alimento en la boca durante más tiempo para poder digerirlo mejor. Por el contrario, los mayores tendemos a comer demasiado rápido porque solemos estar más estresados, lo que podría tener consecuencias negativas para nuestra salud. Por eso, es importante relajarse.
Te recomendamos inspirar y expirar tres veces antes de empezar a comer. Esto ayudará a calmar nuestro sistema nervioso y a sentirnos mejor. Además, masticar concienzudamente las comidas ayudará a oxigenar nuestro cuerpo y a aportar una mayor sensación de bienestar, alcanzando un mayor relax.
Tómate tu tiempo
De igual forma que dedicas 8 horas a trabajar, 40 minutos a entrenar y 10 a ducharte, deberías destinar al menos media hora a comer. Disfruta de cada sabor, textura y aroma y conseguirás también favorecer a una buena digestión.
Un truco para saber durante cuánto tiempo debemos tener el alimento en la boca es masticando cada trozo 30 veces. Sí, has leído bien. Pero, aunque pueda parecerte mucho, esto es solo una cifra orientativa para acostumbrarte a comer despacio. ¡Al final lo harás sin darte cuenta!
Evita los líquidos
Hidratarse es fundamental, pero hay que saber cuándo hacerlo. No es aconsejable ingerir líquidos durante las comidas, pues esto podría afectar gravemente a la digestión. El agua (o cualquier otra bebida) provocan que el ácido hidroclórico, que es el que ayuda a deconstruir la comida, se diluya y que, en consecuencia, tardemos mucho más tiempo en terminar este proceso.
Por lo tanto, si te da mucha sed, lo que puedes hacer es beber un vaso de agua media hora antes de sentarte a comer y otro una hora después de terminar.
Trozos pequeños
Llenarnos la boca con trozos grandes inducirá a que nos cueste más masticar y a que terminemos por consumir la comida de golpe.
Una forma de evitarlo es cortando los trozos en porciones más pequeñas. De esta forma te resultará mucho más fácil tragarlos, evitarás que te rocen en la garganta y conseguirás que tu estómago pueda digerirlos mejor.
Haz pausas
La mayoría de las personas que comen con prisa lo hacen de manera inconsciente. Una acción que frecuentemente nos incita a ello es echarnos un trozo a la boca, aunque todavía no nos hayamos tragado el anterior.
Para ello, te recomendamos que dejes los cubiertos sobre la mesa mientras que masticas cada bocado. Así evitarás seguir cortando el siguiente y llevártelo a la boca mientras que aún te quede comida dentro.
Mastica los líquidos
No nos referimos al agua, sino mas bien a alimentos fluidos como el yogur, las cremas o los helados. Estos también deben permanecer un tiempo mínimo en tu boca para que la saliva los descomponga adecuadamente.
La saliva es un elemento fundamental para la asimilación de los nutrientes, pues produce enzimas que se encargan de descomponer los alimentos y absorber sus beneficios. De modo que, como es lógico, si la comida, aunque sea líquida, pasa poco tiempo en nuestra boca, no daremos tiempo a generar saliva suficiente y, con ello, a que nuestro organismo lleve a cabo este proceso correctamente.
La comida es un momento que deberíamos disfrutar al máximo. Sin prisas ni preocupaciones. Por eso, sigue estos consejos y empieza a cuidarte por completo. ¡Alimentos saludables consumidos de manera saludable!