Siempre hemos escuchado que debemos seguir una dieta equilibrada e intentar que todos los grupos de alimentos estén presentes en nuestro día a día. Pero en muchas ocasiones no disponemos del tiempo suficiente para conseguirlo y llega la irremediable pregunta: ¿cómo se consigue realmente? Como sabemos que puede ser un poco lioso, desde el blog conservas vegetales de Hida Alimentación hemos decidido ayudarte explicándote cómo hacer menús equilibrados. ¡Sigue leyendo para descubrirlo!
Cómo repartir los grupos de alimentos
Una de las claves para hacer un menú equilibrado es planificar todo lo que vamos a comer en una semana. De esta forma no tomaremos más cantidad de un tipo de alimento que de otro. Otro aspecto fundamental es intentar seguir la regla fundamental de 5 comidas al día, ya que de esta forma nos aseguramos de que nuestro organismo recibe todos los nutrientes que necesita para afrontar la jornada.
Desayuno y media mañana
El desayuno es la comida más importante del día, ya que los alimentos que tomamos en este momento son los que ayudan a nuestro cuerpo a “arrancar”.
Para asegurarnos de que nuestro menú es equilibrado, en el desayuno debemos tomar una ración de proteínas como pueden ser los frutos secos, las semillas, tofu, leches vegetales, huevo o un lácteo, otra de hidratos de carbono, como cereales y pan integral y otra de vitaminas como una pieza de fruta o un zumo de frutas.
A media mañana siempre suele entrarnos hambre, así que podemos preparar un almuerzo o segundo desayuno que consista en una fruta con una infusión y un puñado de nueces o cereales con un lácteo y una hortaliza, por ejemplo, un café con leche y una tostada con tomate natural y aceite de oliva. Suena bien, ¿verdad?
Comida
La hora de comer suele ser el momento favorito del día para muchos de nosotros. Pero también es uno de los momentos donde se puede desequilibrar más nuestro menú semanal, sobre todo si no lo tenemos planificado. Lo ideal sería que los platos de comida de nuestro menú semanal estuvieran compuestos por:
- Una ración de arroz, pasta, patatas o legumbres
- Una ración de ensalada o verduras (también puede ser una guarnición)
- Una ración de carne, pescado, tofu, huevo, de forma alternativa o cualquier otro tipo de proteína vegetal
- Una pieza de pan
- Una pieza de fruta
- Agua
Cómo combinar todos los grupos de alimentos lo dejamos a tu elección, pero en un mismo plato puedes incluir varios de ellos. Una buena opción para comer es un plato de macarrones con salsa boloñesa y atún y un filete de merluza a la plancha. De esta forma consumes la ración de pasta y de pescado que necesitas.
Merienda
A la hora de la merienda podemos completar el aporte energético del día con una pieza de fruta y un vaso de leche del tipo que prefieras o un yogur y una ración de frutos secos. Hay infinitas posibilidades para esta hora del día.
Cena
Llega el final del día, y con él la pregunta de siempre: ¿Y ahora qué puedo cenar? La respuesta es muy sencilla: los grupos de alimentos que no hayas consumido en la comida y en pequeñas cantidades. De esta forma tus cenas pueden estar compuestas por:
- Una ración de ensalada o verdura (debe ser la mayor parte de la comida)
- Una ración de pasta, patata, arroz o legumbres, aunque no se suelen recomendar por la noche.
- Una ración de carne, pescado o huevo u otra proteína vegetal: en este caso se recomienda que la carne sea blanca en vez de roja, para que sea más sencillo hacer la digestión.
- Una pieza de pan
- Una o dos piezas de fruta
Para completar el ejemplo de menú que hemos empezado antes, la cena podría ser una pechuga de pollo a la plancha acompañada de una ensalada con lechuga y tomate natural.
Con estos pasos seguro que consigues preparar un menú semanal equilibrado ¿te animas a probarlo?