A todo el mundo le gusta el sabor casero de los alimentos. Platos que huelen a antaño y que nos llevan a nuestra niñez de los fines de semana en casa nuestras abuelas. Comidas y sensaciones que jamás se olvidan. Auténticas y genuinas. Sin embargo, en este mundo tan fugaz en el que vivimos apenas tenemos tiempo para preparar recetas que mantengan el espíritu de antaño. Defectos de la vida moderna. Por ese motivo, las conservas vegetales nos salvan siempre del apuro, ya que sólo tienes que abrir el bote y echarlo a tu plato para que tu paladar vuelva a saborear los caminos del país de Nunca Jamás.

Pero el tiempo no es más que una de las ventajas de las conservas vegetales frente a la elaboración del producto desde tu casa. Además, el consumo de estos alimentos no se encuentran limitados por una época del año, por la época de la cosecha, sino que se pueden consumir perfectamente durante todas las estaciones. Por ejemplo, nuestras crema de calabacín, calabaza y de hortalizas al estar pasterizadas las puedes consumir en el tórrido verano.

En lo que concierne a la calidad y a sus valores nutritivos se conservan su riqueza en proteínas y grasas, además de vitaminas A, B y D y minerales como el calcio, el hierro, el fósforo y el magnesio, pudiendo incluso aumentar su producción. Además, mantiene intactos carotenos como el licopeno, un potente antioxidante que se conserva abundantemente en el Tomate frito.

Su contenido calórico hace que las conservas vegetales las puedas incluir en tu dieta diaría, siempre y cuando ésta se haga de manera equilibrada y nutritiva, consumiendo los macronutrientes que tu cuerpo necesita.

Estos son algunos de los beneficios más importantes de las conservas vegetales. Así que, ya lo sabes, acude a tu supermercado más cercano y prepara tus platos con ese sabor casero que tanto te gusta. Y si son conservas vegetales de Hida, te garantizamos que te va a gustar.