Si eres de los que sufre con tan solo pensar en qué cocinar, que no acierta con el punto de sal, se le pasa siempre la pasta y su salvación son los establecimientos de comidas para llevar… ¡no te preocupes! Como nos gusta cuidarte, en este post te revelamos algunos trucos para mejorar cualquier receta, aunque no sepas cocinar. ¡Toma nota!
Pasta demasiado blanda
Empezamos por una sencilla, pero que nos puede sacar de un apuro. ¿Qué puedes hacer si se te pasa la pasta? Primero, apártala del fuego y escúrrela. Cuanto más tiempo pase en el agua más blanda quedará. Ahora, según el nivel de gravedad te proponemos varias soluciones.
Si solo está pasada de “al dente”, lávala con agua fría del grifo y después saltéala con un chorrito de aceite en la sartén.
En cambio, si está tan blanda que se rompe o incluso ya está rota, reformula la receta. ¿Y si los preparas al horno? Coloca esa misma pasta en una fuente, añade aceite y todos los ingredientes que ibas a emplear: Tomate frito, atún, huevo, etc. Y, por último, añade una capa de queso y gratínalos. ¡Quedará genial!
Mejora la textura de tus caldos
Algunas veces conseguimos un buen sabor en los caldos, pero la textura no es la más agradable pues queda demasiado líquida. Un truco para que gane consistencia es añadirle una patata, un poco de arroz blanco o, incluso, una manzana pelada.
Del mismo modo, también puedes utilizar rebanadas de pan blanco o sobao un poco tostado para proporcionarle un mayor espesor y, además, darle más sabor.
Y, si te sobra, congélalo en cubitos de hielo y aprovéchalo para futuras comidas sin tener que cocinar otra vez desde cero. ¡No se desperdicia ni una gota!
Adiós a las comidas sosas
La sal está bien, sí, pero no es siempre la única (ni la mejor) solución para darle sabor a tus comidas. Según el tipo de plato que estés preparando existen diferentes fórmulas para elevarlo de categoría.
Por ejemplo, las especias y aderezos pueden ser un buen potenciador, por lo que nunca viene mal tenerlas a mano. Pueden ser realmente útiles para sazonar carnes, pescados, ensaladas… Pero, tampoco hace falta que te vuelvas loco, para empezar, basta con que en tu despensa tengas ajo en polvo, pimienta molida, nuez moscada y orégano.
Si hablamos de guisos, la clave está en el sofrito. Se utiliza en casi cualquier estofado y arroz y, sin duda, sin él no sabrían igual. Y no te preocupes, olvídate de líos de fogones. Te lo ponemos mucho más fácil a la vez que mantenemos el sabor de siempre. Paso uno: abre un bote de Tomate frito Hida. Dos: vuélcalo en la olla. Y tres: ¡a disfrutar!
Nada de salsas grasientas
Tal vez te haya pasado que preparas una sopa o alguna salsa y te pasas con el aceite o que, a causa de la grasa de los propios ingredientes, te quede demasiado pringosa.
Una manera de corregir este exceso es pasando un cubito de hielo por encima. Este atraerá y solidificará la grasa ayudándote a retirarla fácilmente. Te recomendamos que utilices un cubito grande para evitar que se derrita demasiado pronto y termines aguando tu guiso.
Otra opción es dejarla enfriar y reposar en el frigorífico de modo que la grasa se cuaje en la parte superior y puedas quitarla con una cuchara.
Como veis, son trucos muy sencillos que te ayudarán a arreglar cualquier estropicio que formes en la cocina. Aunque bueno, si aun así no hay forma de te conviertas en un cocinitas, procura tener en tu despensa alguna de nuestras conservas Hida. ¡Solo tendrás que destapar y servir!