Aunque para algunos pueda parecer misión imposible mantener ordenada la cocina, te aseguramos que es mucho más fácil de lo que crees. No obstante, también debes saber que limpieza y el orden van siempre ligados y no es posible entender una sin la otra.

Por eso, como nos gusta cuidarte, te damos algunos consejos para que tu cocina esté organizada siempre. ¡Toma nota!

Tira lo que no sirva

El primer paso para ordenar tu cocina es desechar todo aquello que no funcione o que no utilices. En muchas ocasiones esta zona de nuestra casa es la que más nos cuesta mantener dispuesta debido a la gran cantidad de objetos y aparatos que se acumulan dentro… y que muchas veces no sabemos ni que tenemos.

Por eso, para eliminar todo lo que no sirva sin que llegues al colapso, te recomendamos dividir esta tarea en varias partes. Primero chequea el frigorífico y los armarios donde almacenes los alimentos, después los utensilios de cocina y, por último, los productos de limpieza.

¡Te sorprenderá la cantidad de cosas que tenías guardadas! 

Mantén la encimera despejada 

El origen del desorden suele proceder de las encimeras. Vamos colocando objetos encima como si fuera una estantería hasta que al final no queda espacio ni para lo que es su verdadera función: cocinar.

De modo que es importante dejar únicamente una tostadora o la cafetera para conseguir una apariencia ordenada y que te permita cocinar con más comodidad, además, ¡te será mucho más fácil limpiarla después! 

Cada cosa en su lugar

A pesar de que esto puede parecer algo obvio, no siempre es posible dejar cada utensilio en un lugar propio debido a la falta de cajones o estanterías de un espacio reducido. Por lo tanto, es aconsejable que aproveches cada parte con estantes colgantes o dividiendo por usos cada parte de tu cocina.

Además, es clave que ordenes según tus necesidades y no sobre lo comúnmente establecido. Aunque sea habitual guardar las ollas grandes en la parte baja de los armarios y los platos en las zonas altas, tal vez si eres una persona baja te compense más alterar este hábito, ya que los platos pesan mucho más y los utilizarás más a menudo.

Hazte un horario

No existe el orden sin un horario de limpieza. Muchas personas tienen por costumbre pasarse un día o dos al completo en la cocina para sanearla a fondo. ¡Eso es cosa del pasado! 

Un consejo es establecer una jornada a la semana para limpiar una sola parte, así evitarás sobreesfuerzos innecesarios y mantendrás siempre ordenada la zona. Por ejemplo, dedica el martes por la tarde a ordenar un determinado armario o los domingos a fregar suelos y azulejos. ¡Menos es más!

Haz listas

Es recomendable que elabores una lista a modo de inventario que te permita conocer la cantidad de productos que almacenas en tu despensa y frigorífico.

De esta forma, no solo te servirá para organizar adecuadamente los alimentos, sino que, además, te ayudará a controlar lo que compras y, en consecuencia, a ahorrar más en la cesta.

¡Gastarás menos y cada más tiempo! 

Recipientes atractivos y resistentes

Tener lo mismo, pero ordenado de forma diferente puede dar este toque de armonía que tanto necesita tu cocina. Una forma de hacerlo es guardando la pasta, cereales, sal, azúcar o especies en tarros de cristal en lugar de en sus envases del supermercado.

Asimismo, si no quieres gastarte dinero comprando recipientes, puedes aprovechar los tarros de tus conservas y decorarlos a tu gusto para darle un toque personalizado a estos productos.

Ahora ya lo sabes, no tienes excusas para tener una cocina organizada y limpia. Y tú, ¿por cuál de estos consejos vas a empezar?